Estoy instalando en
mi ordenador una nueva plataforma de videoconferencia, donde a través de esta se
puede asistir a, congresos, conferencias o actividades relacionadas, de manera
que, desde el inicio, pinchando el link que me hicieron llegar los anfitriones
para su descarga, desde el arranque me resulta sumamente intuitiva, agradable y
hasta simpática.
Ahora, con todo esto
de la virtualidad que ha venido para quedarse, al menos, por un buen rato hasta
que, alguna otra, de no sé qué tipo de meta-realidad la subrogue por otra más cool y,
de hecho, estoy seguro será más genial de la que ahora disfrutamos. Por lo que,
en ese afán hoy se crea y recrea app´s que hacen que nuestras vidas sean más
simples y fáciles tratando de remedar o digitalizar toda la realidad presencial.
Procedo a realizar
la instalación y, mientras se va ejecutando en mi ordenador, la app, me va indicando
cómo va el avance de este proceso. Lo más gracioso es que, va describiendo las tareas
que está renderizando, pero las narra como si estuviesen armando un escenario físico
real, para una conferencia presencial. De esta manera, me indica que, por
ejemplo, se hallan acondicionando las salas de conferencias, sigue el progreso
de la descarga del programa y, ahora, están preparando galería, a continuación me
advierte que acercan las sillas o butacas, luego se hallan configurando
pantalla. ¡Diablos y demonios geniales! Ahora solo falta que me indiquen que
disfrute de cierto bocadillo o bebida mientras se inicia la primera conferencia.
No puedo esperar a
disfrutar ya mismo del programa configurado en mí drive, el que doy por descontado
que será un entorno sumamente ágil, amable y amigable, pues si ya en el primer
paso lo es, no creo que lo que sigue sea menos genial.
Y acaso, tal vez, quizás,
a lo mejor, las charlas y conferencias serán tan geniales como estas
herramientas usadas como plataformas digitales, … ¡no dudo que será así … o tal vez, quizás, no!
Comentarios