... Ante la evidente imposibilidad de lograr que cualquier texto sobre ciencias duras o blandas y, otras materias relacionadas con la academia formal, llegue a la mayoría de la gente, para que de algún modo todo este conocimiento generado no se pierda en el olvido y cumplan con algún otro objetivo, aparte del muy noble que se los concibió, como apolillarse en los anaqueles de las bibliotecas de las universidades, de los institutos y en fin, de cualquier otra institución académica. Entonces, es hora de repensar en nuevos formatos para dar paso a una eficiente y vasta divulgación. Cualquier documento científico o formal, en general, sigue ciertas pautas básicas y estrictas basado en la formalidad y rigor, en consecuencia, también la redacción y su formato de presentación responde a dichos parámetros. Se trata entonces, de buscar un vehículo más amigable para utilizarlo como contenedor, y este contenedor que recoge el conocimiento, tiene que romper con los viejos esquemas, para o...
Solía tener un compañero en cierto claustro universitario, que muy a menudo lo veía que cargaba consigo y dentro de su maleta, algunos libros más de lo que nosotros por nuestra actividad académica lo hacíamos. Pensaba que era algo así como un "ratón de biblioteca"*o aficionado a la lectura [que por cierto, en nuestro medio siempre ha sido y será una cualidad muy poco frecuente rara y hasta exótica] Siempre estaba al tanto de quién, o qué profesor editaba ciertos libritos, para por supuesto hacerles recordar que le habían prometido uno de aquella edición. Cierto día, un grupo de colegas nos reunimos en su apartamento con el objeto de hacer un trabajo académico grupal. Y en efecto, en su apartamento tenía una buena colección de estos libritos. De manera que, encaminándome a husmear alguno de ellos, al examinarlos, observo uno a uno y que todos ellos en general estaban sellados, con su funda plástica que viene como cuando los adquieres de alguna librería. Ninguno de ellos ...