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Mostrando las entradas con la etiqueta Patriotismo

Jaquearon mi internet

  Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e

VOTAR O BOTAR

 Qué hacer Empieza la temporada de elecciones, sean estas vecinales, regionales, o más globales como las generales, en fin, y de pronto todos estos aspirantes a regentar mi mundo doméstico, ya me conocen y reconocen . Hace rato que me dejó de concernir estas cuestiones políticas , no por falta de chauvinismo del correcto por supuesto, al contrario, más bien va por un tema de ecuanimidad y sanidad pública, más que pública por un tema de asepsia metal, pero mía. De manera que, en todo este tiempo de oscurantismo del cual soy un devoto y pio seguidor, respecto de estos temas, me he dado cuenta que soy un tipo más cuerdo, equilibrado y hasta feliz. Más ahora en estos tiempos electorales, la bandeja de mi correo está a punto de explotar por la cantidad de mensajes, cartas, fotos, arengas, promesas, en fin, y cualquier tipo de elemento que permita tal comunicación no son omitidos. Al final me indican que, son ellos(as) los que el barrio, la comunidad, la ciudad, el país, pero qué digo,

Saludo a la bandera

  Pasaba diariamente a eso de las ocho a.m., cerca de dos instituciones públicas, un banco estatal y un ministerio de esos cuyo nombre pomposo, alude a un noble propósito para el cual fue creado , pero que, sin embargo, sólo es figurativo , pues no hay semana, mes y año que no haya algún ciudadano, o suma de estos , exigiendo en sus puertas, rogando y hasta implorando se les proporcione algunos de los servicios básicos , que se supone debe garantizar , proveer, prestar, o al menos alquilar, en fin. Pero lo que me llamaba siempre la atención, es que había un muchacho, que al parecer no llegaba a los veinte años y cuyo trabajo, era de prestar ayuda y orientar a los usuarios del banco, por lo que, su tarea estaba circunscrita a los alrededores de las puertas de esta institución bancaria. A las ocho a.m., diariamente, sus vecinos de a lado, es decir el ministerio en cuestión, sabiamente enrejado en todo su perímetro , no sé, si para evitar que los “ amigos de lo ajeno ” se colen a ést