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SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

Saludo a la bandera

 

Pasaba diariamente a eso de las ocho a.m., cerca de dos instituciones públicas, un banco estatal y un ministerio de esos cuyo nombre pomposo, alude a un noble propósito para el cual fue creado, pero que, sin embargo, sólo es figurativo, pues no hay semana, mes y año que no haya algún ciudadano, o suma de estos, exigiendo en sus puertas, rogando y hasta implorando se les proporcione algunos de los servicios básicos, que se supone debe garantizar, proveer, prestar, o al menos alquilar, en fin.

Pero lo que me llamaba siempre la atención, es que había un muchacho, que al parecer no llegaba a los veinte años y cuyo trabajo, era de prestar ayuda y orientar a los usuarios del banco, por lo que, su tarea estaba circunscrita a los alrededores de las puertas de esta institución bancaria.

A las ocho a.m., diariamente, sus vecinos de a lado, es decir el ministerio en cuestión, sabiamente enrejado en todo su perímetro, no sé, si para evitar que los “amigos de lo ajeno” se colen a éste, pero en realidad creo que es todo lo contrario, bueno pero el hecho es que, los funcionarios de esta institución siempre izaban la bandera a esa hora, y la verdad es que este hecho hubiese pasado desapercibido o inadvertido, pues cuando se produce estos ritos en cualquier institución pública o privada, es sólo una tarea más. De hecho, esta labor no tiene nada de santa, sagrada, ni menos aún un ápice de patriotismo, o algo más o menos parecido, más bien se la realiza entre chascarrillos y cometarios de cualquier tipo, por parte de los encargados de este procedimiento.

Viene a mi mente, las imágenes de la "tv extrangera", en la que muestran a civiles y militares cuando ven izar sus banderas, de sus respectivos países, pues hay algo de drama y fervor patriótico, al cual hay que prestar la correspondiente atención mientras ocurre tal evento, pero nunca lo había visto en estas tierras, hasta ver a este humilde muchacho haciendo algo parecido.

Este singular sujeto, ni bien se percataba que la bandera nacional comenzaban a ser izada, -por sus vecinos del banco- él se acercaba a la reja contigua que funge de limite entre el ministerio y el banco, sacaba su móvil y buscaba la música de la “marcha de la bandera”, y muy emocionado él, veía como esta era izada hasta llegar al limite del extremo superior, y alli la bicolor erguida orgullosa, empezaba a flamear al compás de aquellos privados acordes, arpejios que también se filtraba hasta mi oído observador, y ya en lo alto, el muchacho procedia se devolverse a sus labores regulares.

Creo que este acto de patriotismo nunca lo había visto en un civil alguno, ni en estos tipos que se encargan de izar o arriar banderas diaramente de cualquier institucion pública. Al menos no en su sano juicio, pues esto de saludar a la bandera, tanto en los militares y más aún por los civiles, es considerado un rito en extinción, como lo es también nuestro patriotismo, y que sólo "sacamos en cara", cuando hay algún tipo de elección vecinal o general, y solo con el noble objetivo de y para denigrar al adversario. O cuando hay cierto evento deportivo, como los partiditos de balón pie, de esos patéticos que hay de vez en cuando, y tambien con ese mismo y sublime fin, denigrar, ofender, en fin.

"Un saludo a la bandera" Es una frase que muy usada frecuentemente por estas tierras, y hasta ajada está por tanto usarla, y que significa en cualquier contexto, que aquello es inútil e innecesario.

De manera que, tal vez estas nuevas camadas de jóvenes, recuperen la cordura patriótica perdida por todos en general, y para la próxima vez, que vea una banderita izándose, me detendré un rato a mirarla, tal vez como agradecimiento de ser un residente de estas tierras.

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