Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e
Y otras ofrendas En cuestiones místicas o religiosas, a través de nuestra historia hemos asistido a cambios en cuanto a la forma y fondo de sus teorías, sobre los credos y dogmas religiosos, en fin. Algunos dioses se los ha degradado, otros semidioses han desaparecido , otros nuevos han aparecido con nuevos e innovadores nombres, en fin, todo cambia de acuerdo al tiempo o las circunstancias, pero, sin embargo, lo que ha permanecido como más o menos estable son las, dádivas, diezmos u otras contribuciones que todo fiel medianamente respetable, tenía y tiene la obligación de contribuir con su feligresía particular. De hecho, ahora cualquiera que sea el credo que se profesa, unos más que otros, pero todos sin distinción recalcan, y sugieren que cuanto más ofrendes serás más bendecido. Creo que los reformistas que veían en las acciones de la venta y subasta de indulgencias un mercado lucrativo de aquel entonces, ahora se estarían revolcando en sus tumbas, al saber que aquello sigue fi