Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e
Chicos tres "R" Continuando con nuestra recreativa serie, "la infancia y sus recreos", hoy "los zancos" hacen su debut en este atelier literario nostálgico. Éramos chibolos** creativos por lo que, hacíamos de las latas, aquellas que alojan a cierto tipo de leche, algún tipo de café o cualquier producto que viene en este tipo de contenedor, las haciamos un objeto eco-sustentable mediante el reuso , recicaje y, al mismo tiempo, reducíamos los gastos que se generaría en la adquisición de otros objetos para la diversión. Y bajo este nuevo esquema, estas latitas, las llamabamos " zancos ". El reto era pararse sobre estas latas y echarse a caminar, para lo cual se adosaba una pequeña cuerda, que fungia a manera de bosal y con el cual se podia mantener unida a nuestros pies. Así manteniamos unido el extremo superior de la lata a nuestra mano, de manera que, al levantar el pie para dar un paso, estas latas permanecían adosada al pie mientras se daba c