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SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

Los Chanitos

Expertos en física avanzada

El juego de nuestra mocedad lllamado "chanitos" era una especie de golf, pero sin los palos típicos de estos y envés de las pelotas usábamos las semillas de unas leguminosas como los frijoles para cumplir la función de estas. El escenario era montado en una porción de la superficie libre de alguna calle, y que en aquellos tiempos era raro encontrar asfalto o cemento en las calles, eran de solo de tierra. Las calles céntricas de la ciudad erán las únicas que estaban pavimentadas. Por lo que era fácil hacer un pequeño hoyo en esta "calle de tierra". A una distancia determinada de este hoyo se ubicaban los participantes, y se procedía a lanzar con precisión, una dotación de estos granos de frijolitos a los cuales se le denominaba chanitos. El número de estos previamente eran pactados entre los participantes, y que necesariamente tenían que ser de colores, pues nadie deseaba jugar con aquella persona que tenía granos monocromáticos como los tipicos blancos o cremosos. Por lo que, cuanto más coloridos mejor, y claro en la paleta de colores de los chanitos tenían que tener ciertos rasgos típicos como los jaspeados, moteados, concéntricos, o aquellos con el diseño tipo Fibonacci, en fin, de lo contrario podrías confundirlos con los de tus competidores.

La idea era lanzarlos hasta el hoyo y  así uno a uno procedia a realizar lo suyo. Después que todos habían hecho lo propio, el que alcanzaba a embocar más chanitos en una tirada de mano, era el que poseía derecho de iniciar el juego, en consecuencia, tenía cierta ventaja  de poder embocar más granos, estos que no habian alcanzado a caer dentro del hoyo. De manera que chanito a chanito se lo gatillaba para tratar en alcanzar ese blanco. El disparador era nuestros dedos pulgar e índice que fungian a modo de una resortera o palanca que impulsaban a los granos al hoyo a través de la superficie del suelo, por lo que la habilidad estaba en saber graduar la fuerza y velocidad, de manera que sin saberlo éramos expertos en física I y hasta física II, pues teníamos que ser maestros en esta parte de la ciencia que estudia la materia, energía, espacio y el tiempo, de esta manera teníamos que saber calcular la velocidad inicial con la que tendría que salir disparado dicho chanito, a través de la superficie, en consecuencia, había que sopesar el coeficiente de rozamiento o fricción, pues todas las superficie sobre las que se jugaba no eran uniformes, así como también, valorabamos cómo se desarrollaría la fuerza de la inercia y, finalmente, calcular la velocidad final para alcanzar embocarlos, amén de los ángulos vectoriales que había que tener en cuenta, pues había algunos chanitos que aterrizaban en lugares insospechados, por lo que sortear algunos obstáculos del suelo eran una norma, en fin. Si acaso se erraba algún tiro de estos, bueno el siguiente jugador le correspondía continuar con la tarea, hasta que no quedaba ningún chanito sobre el suelo, y así hasta el final, y quien más acertaba se llevaba el "botín de los chanitos" … 

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