En busca de mi cédula de identidad (DNI)
Ahora re2- confirmo una vez más mis viejas sospechas, que soy el tipo más tonto y porfiado, y lo que inicialmente advertía como presunción, ahora lo doy por sentado.
Ante mis reiteradas y erradas decisiones, creo firmemente, y en nombre de alguna deidad soberana del reino de lo estúpido y el escaso sentido común, me correspondería ser premiado con una especie del Oscar doméstico de este innoble dominio, por mi innegable compromiso y esfuerzo por persistir tozudamente en caer una y otra vez en decisiones desacertadas, o cuando menos, se me extienda un saludito, o mención honrosa, que me acredite como único y real defensor de este reino, pues aún ante los sabios consejos de la familia, amigos y allegados - y que sin duda ahora advierto que son más cuerdos y ecuánimes que yo - ¡que me aconsejaron gestionar el duplicado del documento identificación personal en forma presencial. Hasta me dieron las pautas para hacerlo por medio de una especie de cajeros automáticos, los cuales después de un breve pago, estos aparatitos te lo suministran inmediatamente!.
¡Ah! pero yo, terco como una mula, pensando que a través de la red sería más eficiente, rápido, barato y eco-amigable, seducido justamente porque todas las plataformas del ente burocrático encargado de suministrar tal documento, te recomiendan usar ese medio, "la red". Por lo que, después de realizar el pago en la entidad bancaria indicada, por derecho de trámite del duplicado de mi cédula de identidad (D.N.I.), es así que ingreso a su portal y tipeo toda la información que me solicitan, y sí, genial para mí sorpresa resulta, fácil y rápido. Luego me indican que una vez concluida la diligencia digital, y por medio de un enlace, el documento estaría listo para recogerlo en la sede, que para mi gusto la elegí aquella que, está a “tiro de piedra” de casa, claro metafóricamente, aunque me hubiese gustado que verdaderamente ésta se ubique a dicha distancia, pues de buen agrado hubiese esperado que se recoja el día, para que en alguna de esas noches de larga espera, y mientras la urbe descansa, yo en retribución y como símbolo de amistad y cariño ante su incompetencia, les habría lanzado un par de guijarros a sus ventanas, pero ¡diablos y demonios rocosos!, ahora que observo la calle, no hay ni cascajo, canto rodado, ni piedrita chiquita, o algo parecido, que pueda usarlo como alogoría para expresar mi simpatia.
Pensar
que me advirtieron cuan legendaria es la incompetencia pública, pero albergaba
una mínima esperanza que, al tratarse de sistemas digitales, fueran diferentes,
pero no.
Habiendo
ignorado los cuerdos consejos de estas sabias personas que me rodean y que sin
duda también confirmo que en verdad me quieren, tal vez ahora ya dispondría de mi
documento.
Ha pasado un mes desde que inicié el trámite digital, y cada vez que ingreso a su página, para ver el estado de avance de mi solicitud, veo como el icono, hace varias semanas está como inmovilizado, pero al menos ya ha llegado a las tres cuartas partes del gráfico o figura geométrica circular escogida para mostrar el avance del trámite, sólo falta un trecho para completar el círculo, que espero, no me encauce a otra forma geométrica o tal vez me indique que sólo he superado algún primer nivel de una serie, o algo así... Espero sea el único y en último, pero sabiendo que estas plataformas digitales los manejan los eternos burocrátas de siempre, tendré que esperar un mes más, o hasta que el dios de la burocracia permita dar el visto bueno, para conseguir el mentecato documento.
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