... Ante la evidente imposibilidad de lograr que cualquier texto sobre ciencias duras o blandas y, otras materias relacionadas con la academia formal, llegue a la mayoría de la gente, para que de algún modo todo este conocimiento generado no se pierda en el olvido y cumplan con algún otro objetivo, aparte del muy noble que se los concibió, como apolillarse en los anaqueles de las bibliotecas de las universidades, de los institutos y en fin, de cualquier otra institución académica. Entonces, es hora de repensar en nuevos formatos para dar paso a una eficiente y vasta divulgación. Cualquier documento científico o formal, en general, sigue ciertas pautas básicas y estrictas basado en la formalidad y rigor, en consecuencia, también la redacción y su formato de presentación responde a dichos parámetros. Se trata entonces, de buscar un vehículo más amigable para utilizarlo como contenedor, y este contenedor que recoge el conocimiento, tiene que romper con los viejos esquemas, para o...
Una
editora digital de contenidos, me encarga postear un meta artículo,
cuyas características deben de tener una extensión de 250 palabras y, cuyas etiquetas
deben ser: agricultura, huertos domésticos, autoconsumo, ecológico. Y
el meta título debe contener al menos una de las cuatro etiquetas
obligatorias a usar en el post. ¡Diablos!, ahora con las nuevas
tendencias digitales se están estrenado una serie de palabras y acepciones que
por más que busco en la RAE, pues, no las encuentro, al parecer para cuando ya
las tengan en cuenta en dicho diccionario, habrá otras nuevas, y estas ya serán
consideradas anacrónicas. Pues esto de las cuestiones informáticas, para cuando se termine de escribir este artículo o mejor dicho este post, ya se habrá
estrenado innumerables, apps con sus respectivos vocabularios. De manera que, los
meta títulos, meta contenidos, SEO,
trainer, entre otros, dentro de poco serán echadas al olvido.
Bueno,
para ganar dinero bajo este esquema de ocupación, resulta algo así como una
lucha entre editores, a ver quién ofrece los precios más bajos. Pues lo que cobra
la empresa editora al cliente, se queda con el 90 por ciento, de manera queda el
10 por ciento o menos, y los pone a puja entre los editores, es decir, al final
si consigues la asignación del artículo, pues de seguro terminas cobrando el uno
por ciento. Por lo que, para hacer un poco de dinero bajo esta forma piramidal,
pero al revés, no te queda de otra que, escribir a diario un libro para
sobrevivir sólo de este humilde oficio.
El
hecho es que, si bien no se ganará dinero con ello, bueno, al menos quedará la
experiencia de escribir bajo estas nuevas tendencias y, sobre todo, mi lenguaje
digital eso sí será lo único que crecerá en mí cuenta bancaria vocal.
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