Cuán difícil me resulta
ahora segregar cierta lectura, alguna información, o cualquier contenido que
estoy buscando en la red. La ventana gráfica de mi ordenador nunca puede estar
limpia, diáfana sin que alguna propaganda este incrustada o de súbito aparece una y otra vez, desplazando al contenido principal que es mi objetivo, hasta relegar a un espacio reducido, arbitrario y más bien, se yerguen triunfadoras como si
ellas fueran el objeto principal motivo de mi búsqueda y estudio.
Han invadido toda la
web, Pareciera que todo el mundo quiere sacar cierto tipo de beneficio de este
medio universal. Los que están dentro, como los que permanecen fuera, todos quieren
plantarse allí y, por más que trato de evadir sus cuñas publicitarias, porfían
en aparecer cuál ventanas emergentes, en uno y otro lado. De manera que, a
manera de un juego de pinball antiguo en los que se tenía que eliminar a los
monstruos, uno a uno, o más de ellos, que surgían y reaparecían en los lugares más insospechados,
como retándote a que no puedes con ellos, del mismo modo, ahora me desvió del
objetivo por el cual desplegué la página y, me entretengo en eliminar cuanta propaganda
intrusiva se aparece en ella. Hasta me parece divertido esto de ir eliminando y cerrando
ventanas publicitarias y, permanezco tan o más concentrado que cuando estaba
leyendo aquella información [...] que ya no recuerdo de qué trataba, pues estoy a la
expectativa en adivinar en qué lugar de la ventana gráfica de mi ordenador brotará
alguna de ellas, para inmediatamente sacarlas del juego.
En los inicios de la
web global, esto de los "spots", estaba circunscritos a alojarse solo en
determinados lugares, de manera que no desvíen a los parroquianos digitales de
aquello que estaban buscando. Ahora, ya no hay reglas, las hallas en los
encabezados, en la parte central, en los asides. No hay frontera ni menos
aun control, pareciera que los límites iniciales planteados han sido franqueados,
pues lo encuentras hasta en el footer.
Los contenidos
principales han sido subrogados a estas pautas publicitarias, y de hecho el contenido principal de
la página son solo un mero pretexto para que aquellas se plantén allí, pasando a ser las
verdaderas vedettes de la función.
Acaso debería de
optar por esta propaganda que ahora está plantada frente a mí y, que me promete,
jura y, rejura que, accediendo a su plataforma me olvidaré de cualquier pauta
publicitaria, y con ello alcanzar una nueva forma de experimentar la red, sin
distracciones. ¡Ya no habrá más propagandas! Al final desisto de esta dulce
tentación, pues sé que, de ninguna manera será así.
Comentarios