Me pregunto si en la actualidad, con las innumerables plataformas de comunicación que está a nuestra disposición, todavía
existe en los hogares la telefonía fija, y qué sentido tiene poseer éstos, pues
ocupa espacio, y conlleva a todo un cableado interno que repercute en la
estética de tu casa, bueno sino te importa ello, y pagar por ello, ni modo, tal vez
pueda exhibirse como una especie de iconografía vintage, ya que me parece antediluviano
todo ello, muy propio de los ochentas y noventas. En aquellos tiempos, estos
aparatejos eran todo un hito poseerlos, hasta era considerado un medio de
comunicación elitista, pues conseguirlos eran en extremo difíciles.
Cuando era chibolo iba donde un pariente
para jugar con ellos, pues me hacía gracia, ya que poseían una especie de pequeña
manizuela donde tú lo girabas varias veces, y al otro lado del hilo telefónico
te atendía la operadora, y te pedía el número a quien te interconectaría. Luego
felizmente se hizo masivo este medio y con ello también cambió la intermediación,
ya no había operadora, y podías digitar manualmente el número con el que pretendías
comunicarte, y hasta hubo teléfonos públicos, y los primeros que me viene a la memoria,
eran lo que en aquellos tiempos se les llamaba: ¡rines!, pues
funcionaban como una especie de tragamonedas de un metal llamado así, a manera
de una moneda, por lo que todo el aparato tomaba dicho nombre, ¡rines!
Estas moneditas con los que operaban los
teléfonos públicos se volvieron super comerciales, de hecho, eran y funcionaban
también como moneda local, a la par o más usado que la estándar, pues podías
usarlo en el transporte público, o algunos comercios. Si, recuerdo cuando
tomaba un bus de transporte público, podía cancelar con dichos rines. Donde comprabas
el pan, lo podías hacer usando éstos, como medio de pago. Funcionaban igual al contante
y sonante.
También era muy usual ver por todo sitio,
los anuncios de, "se alquila teléfono", de esta manera tu línea
fija, podrías darle un segundo uso y con ello prestar un loable servicio a la comunidad, y en el proceso te ganabas alguito. Se pagaba un determinado monto por
el derecho de hablar tres minutos, que era la regla, y aquel que te lo
alquilaba, estaba con su reloj en mano, computando el tiempo, y si, zas, si te pasabas
de la regla, tenías que cubrir su reembolso respectivo. Hasta que surgieron unos
aparatejos que acoplabas al teléfono, y éstos median el tiempo especificado y
cortaban la llamada automáticamente, de acuerdo a lo programado. Todo ello se acabó
cuando surgieron, recuerdo, los teléfonos públicos tipo monedero, y éstos sí funcionaban con cualquier tipo de moneda real, y se hicieron masivos y allí
acabó la próspera industria del recurseo* con línea fija.
El resto es historia, así como hoy es
historia, y una verdadera odisea, redescubrir nuevamente algún teléfono público
para usarlo, ya no los hay, y los escasos que sobreviven se encuentran lastimosamente
vandalizados. Para mí resultaba todo un reto el encontrarlos, por lo que no tuve otra
opción que hacer como todo el mundo, comprarme un "celu", y asunto arreglado.
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*Recurseo: Dícese de ganarse unos centavillos.
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