Antes del florecimiento
de las diferentes plataformas de comunicación que disfrutamos ahora, encontraba
una serie de excusas y pretextos, a los que alegaba como obstáculos, para
mantenerme más o menos instruido, enseñado, bien informado y, me parecia dificil explorar las diferentes
formas de vida que existen aquí en nuestro globo y más allá de éste y, realmente no sabía que podían existir.
Sólo tenía a mi disposición escasas bibliotecas públicas o privadas y había que desplazarse a ellas y
muchas veces no te prestaban los libros para llevarlos a casa, donde relajadamente
podrías consultar lo que necesitabas realizar.
Disponía de una
programación doméstica de tv, pero al igual como anteayer, hoy y doy por sentado
que mañana, la miseria de sus contenidos será la norma, y optaba por la tv paga "de cable", pero al final tal vez con honrosas excepciones, eran un poco más de lo
mismo, pero sólo con un poco más de nivel.
La radio, bueno
en esos tiempos sólo la usaba para escuchar un poco de música, mientras hacia
cualquier doméstica labor o cualquier función a manera de entretenimiento, aunque
la verdad, era la eterna música de siempre, música pasada de moda y que la
repetían una y otra vez hasta el cansancio, y ¡diablos! no había más.
Y si deseaba
incursionar en algún curso materia de mi formación académica, con el objeto de
enriquecimiento del currículo profesional o de ocio, encontraba que los
horarios eran no apropiados, o los costos no los podía cubrir, siempre de
alguna manera había algún pretexto.
En la actualidad,
no hay más pretexto para alegar aquello del pasado. Miro las vistas y descargas
de los contenidos en la red, y ¡diablos! Son miles de millones los fisgones
como yo que dan importancia a las cosas totalmente triviales e irrelevantes y frívolas,
y si por accidente caigo en algún blog de lectura, cultura, ciencia o algo parecido,
me resulta inadvertido. De hecho, este tipo de contenido no pasa de unas cuantas vistas y menos aún de algún, de
los sobrevalorados “like”. ¡Qué carajos!
me pasa, de que "agua tomé", "qué cosas comí", pues no alcanzo a entenderme, porqué,
con tanto por explorar, instruirme, informarme o siquiera avisarme, y sacar el
máximo provecho a todas estas digitales plataformas de información-educación, sigo
siendo la misma persona obcecada, estúpida, desinformada de siempre, pese que
todo ello está allí, a sólo a un clic y casi gratuito.
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