Después de ver el noticiario, con su uso y abuso de hechos criminales, la sobre exaltación del delito, de los robos y otras maravillas más, pienso, debería de poner un par de rejas más a mí ya cercado apartamento, pues al parecer nunca es suficiente para estos malhechores, debería tomar un curso intensivo de guerrilla de comandos, o empezar a leer el Manual de Artes Marciales para Tontos . Por lo pronto, me pregunto si será legal arrimar sacos de arena en el perímetro de mi casa, y rodearla con una cerca de doble púa, cavar una zanja perimetral y agenciarme lo antes posible de una par de cocodrilos como efecto inmediato y persuasivo. Tal vez montar en mi azotea un torreón con un tipo armado hasta los dientes, para una vigilancia 24/7/365 y dos días más, porque el hampa no descansa, Pero eso sí, la munición será de salva, o de goma, pues por esas cosas del destino, si logro herir al intruso, el que derechito va a la cárcel no es señor ladrón, no, si no yo, ya que para nuestros honorables representantes de la justicia, el que ha quebrado la ley soy yo, consideran que he violado los derechos humanos, civiles y de empleo free lance, de éste noble ratero, poniendo en peligro su integridad y tal vez el sustento de su honrada familia. . ¡PLOP!
PROTESTAS Y PROTESTAS. Casi caigo de espaldas cuando la
periodista, informa ofendida y llena de indignación, cuando algún vecino ha
osado limpiar y lavar los muros de su predio, pues en las jornadas previas
había sido pintarrajeados por los protestantes. Es un atentado contra la
democracia dice, pues lo que se ha borrado, no son simples pintas
no señor, es clamor ciudadano, expresiones de nuestros jóvenes inconformes que desean
un cambio en el sistema, por lo tanto ya no es un muro cualquiera es un
verdadero ara, un altar de la democracia, el cual debería ser perennizado para
la posteridad, para que las generaciones venideras tomen de ejemplo estos días
gloriosos lucha. Y exige
comisiones investigadoras, una misión internacional para que, en el breve
plazo, esclarezca y sancione al o los responsables de este intolerable atentado.
Del mismo modo, exige se incluya en estos hechos, a las fuerzas del orden que
han reprimido con extrema crueldad a estos pobres manifestantes, Mientras ello sucede
exige la renuncia del primer ministro.
Pasados algunos días, ya olvidados
estos sucesos, pues por estos lares la siguiente semana es como si fuera el
siglo pasado, Unas nuevas protestas de unos agricultores, son cubiertas por la
televisión local, y los mismos periodistas dicen al respecto: No es posible que unos desadaptados
impidan el libre tránsito ciudadano, y en plena pandemia es un atentado, y pone
en peligro la salud pública. Invocan a estas mismísimas fuerzas policiales
restituir el orden público y hacer uso de toda la fuerza que sea necesaria para
que estos incivilizados no perjudique a la población.
O cuando solicitan
a las autoridades municipales recuperar los espacios públicos, tomados por
vendedores informales, hecho que inmediatamente es abordado y en efecto son
desalojados los ilegales vendedores. De pronto, reaparece el mismo reportero que reclamaba
la recuperación de la susodicha vía, con un vendedor en silla de ruedas, denunciando
a los cuatro vientos el atentado de dejar sin trabajo a un noble y honrado ciudadano
que se gana de esa manera la vida, para poder llevar un pan a su hogar. ¡PLOP!
A estas alturas de tanta desinformación y
contradicción, pienso que de repente es mi televisor el que está distorsionando
el mensaje, reviso la marca y me percato que es más o menos decente, yo atribuía la incoherente y errática información a la marca chinita del televisor, pues se dé
buena fuente que estos productos “made in china”, vienen medio fallados,
pero para este caso no es así.
¡Diablos y demonios! Renuncio a
ver la televisión local y en especial los noticiarios. Necio yo de querer
informarme y saber un poco acerca de la actualidad doméstica, y resulta que no solo
soy mal informado sino, sacrificado cual conejillo objeto de choque eléctrico,
cuyos efectos inmediatos se revelan como espasmos o temblores súbitos, como de
las tiras cómicas, que después de un shock eléctrico el sujeto sigue andando, y
de cuando en cuando va descargando la energía, erizando todo su cuerpo,
mientras se aleja.
Deberían darles el Pulitzer a estos periodistas, o cuando menos una mención honrosa por su amplia, honesta, desinteresada labor informativa, bueno mientras ello sucede, prometo llamar a mi terapeuta para superar mi diaria y permanente agonía, espero los daños post traumáticos no me sean permanentes. Ahora entiendo por qué está muy de moda tener ya no un médico de cabecera si uno un terapeuta profesional.
Comentarios