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SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

El sibarita de las letras

 

Con el tiempo, me he vuelto extremadamente segregador en relación a letras que llegan a mis dominios, recuerdo cuando aún era joven, leía cuanta obra caía en mis manos, y tenía la manía como si se tratará de una bula expresa, de terminar aquello que iniciaba en leer, aun cuando aquel texto era hondamente árido y extremadamente aburrido, me sentía en la obligación congénita de terminarlo de leer, de cabo a rabo. Al final, sólo me quedaba una especie de desahogo, de haber concluido una pequeña escaramuza, con un triunfo pírrico, de haber culminado la insípida lectura. Pero luego, buscaba una lectura que realmente me agradaba, y me sentía redimido de haber escalado esa montaña, pero en el mar. Es así que me perdía en el tiempo y, en los mudos maravilloso de las fabulaciones de aquellos títulos, cuyas letras, que ya desde los primeros párrafos me seducían y encantaban y, los terminaba de leer en una sola noche, de un sólo tirón, hasta cuando los primeros rayos del alba, me recordaban que era hora de ir al cole* o a la u**

Ahora que soy más viejo, me he vuelto extremadamente selectivo, tengo que leer las solapas de los libros, ciertos prólogos, o resumen de estos, los examino pormenorizadamente, y si cumplen con mis particulares estándares exigidos y desarrollados por mí, para su admisión en la lista de espera para su lectura, será así.

Me considero ahora un eximio sibarita de las letras, que escoge y tamiza concienzudamente el próximo título, que entrará en mi sitio de lectura. Y lo que he aprendido gratamente es sobre todo que, la mejor literatura que he disfrutado, proviene de nóveles y desconocidos autores, que disfrutan escribir sólo lo que les apasiona, y aún no están sujetos a mantener, algún título, o nombre ya cuajado.

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*, ** Metaplasmos de colegio y universidad respectivamente.

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