Usando el bus de transporte público por primera vez
Una de mis hijas
hasta ahora nunca había usado los buses de transporte público de la ciudad, más
ahora, que ya es una universitaria, está en la necesidad de hacer uso de dicho
sistema. Es más, nunca se ha preocupado por orientarse en la ciudad, pues, su madre
o yo, la llevábamos a donde necesitaba ir, de manera que, los nombres de las
calles, plazoletas, avenidas, paraderos y, hasta los límites de algunos
distritos le eran extraños y no familiares.
De manera que, me
intrigaba por qué anotaba en alguna libreta todo lo que nos preguntaba acerca del
nombre de algunas calles, de ciertos bypass, algún santo y seña característico
del mobiliario de la urbe, o edificio, en fin, que le permitan orientarse y no
pasarse de los paraderos correctos hasta llegar a su universidad, o en su
retorno a casa, pues estaba resuelta a usar el transporte público, común y corriente.
Inocentemente le pregunto porqué no usas tu móvil para tal fin y, así tener una ayuda geográfica en tiempo real.
- ¡pues no puedo sacar mi móvil en el bus, y menos aún en la calle, me lo pueden robar!
¡Diablos!,
esto de la inseguridad está en todos lados, pienso, y le doy la razón.
Y bueno, la primera vez que llega a casa algo emocionada por haber utilizado por primera vez dicho servicio público, de manera que, cuando nos cuenta de tan magna experiencia, nos dice:
- ...¡pero la gente va toda apretujada y al interior del bus huele muy mal!
Todos en casa no reímos a quijada partida por esta primera experiencia, y estos honestos y sinceros comentarios a lo que sólo me limito a decirle:
- ¡hija mía bienvenida al tercer mundo!
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