Quizás son de algún tipo de raza diferente
a la humana, aún no catalogada, pese que siempre han convivido con nosotros, han
estado presente desde los albores de la humanidad y mucho antes, y tal vez lo
estarán hasta cuando la última alma humana ya no exista.
Antes que la tierra se llame
tierra, mucho antes, cuando aún se llamaba Pangea. Hubo una civilización
próspera y avanzada y era tal el progreso que desató la ira y envidia de los
dioses, por lo que, estos crearon una especie contaminada, para que con su apariencia
humana consuman y provoquen la caída de dicha ascendente civilización. A estos seres se
les llamó "burocracia pública".
Cuando habitaban en el cielo, una
versión parecida a la que nos enviaron los dioses, estuvieron a punto de acabar
con éste. Se los desterró al inframundo, fueron expulsados a donde se dijo,
nunca escaparía, el AVERNO, el último círculo del infierno, el más profundo y que
ningún ente, ser o cosa ha sido capaz de vivir allí. Pero estos increíbles seres,
encontraron allí un jugoso caldo de cultivo para prosperar y desarrollarse. Hasta
el mismísimo satanás tuvo exiliarse en otro lado pues el ambiente de trabas,
artilugios, trámites engorrosos, papelería inútil, la falta de sentido común,
la priorización de lo irrelevante en vez lo básico, corrupción, y mil etcéteras
más, hizo que la vida en el infierno se torne completamente insostenible por lo
que, este no tuvo más remedio que coger sus chivas* y migrar a otro mundo.
Los "agujeros negros", estos que
todo lo atrapan, energía, luz, vida, que nada escapa a su mano, y que lo
extingue ni bien entra en su radar son en realidad la burocracia en su “máximus
esplendorus”.
Roger Penrose, premio nobel 2020,
viene a confirmar mi vieja sospecha, que el universo anterior al nuestro
colapsó y este hecho culminante, es el fin e inevitable inicio de uno nuevo universo que ocupa el mismo espacio que el anterior, un suceso continuo de
ciclos interminables, a través del BIG BANG. La prueba de ellos son los agujeros negros, ¡Confirmado! el último universo al nuestro colapsó, pues fue
atrapado en las redes de su propia burocracia.
Su plasticidad genética origina
cada vez biotipos más y más resistentes, la capacidad de sobrevivir en ambientes
hostiles, hace que su erradicación sea imposible, sus redes ya alcanzaron al
sector privado que hasta hace poco se presumía impoluto, señal inequívoca de un
nuevo final de los tiempos.
Y es posible que un futuro se hable de un nuevo colapso del universo provocado por los mismos seres que provocaron el anterior, para entonces se hablará del nacimiento de una nueva era, a la que se llamará “sistema igneon burocraticus maximus.”
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* Burocracia pública spp., Dícese del ser y subespecies que han tomado en sus redes, todas las instituciones en general, pero es en la de servicios básicos como, agua, luz, comunicación, vivienda y salud, donde logra desarrollar su máximo esplendor, sin embargo, es extremadamente democrática y se extiende sin reparo en todas las otras actividades de las sociedades.
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