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SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

Lectores y cafés de moda

 

El ver a alguien sosteniendo un libro entre sus manos es sumamente raro, y lo es aún más, si éste está leyéndolo, sea en el bus de transporte público, la calle, en algún parque de la ciudad, la playa o en algún acantilado de ésta, menos aún en las bibliotecas públicas o privadas, en el campo, aunque éstos han sido tomados por las urbes, en fin, en cualquier lugar.

En el bus

Logísticamente resulta imposible de implementar esta tarea, apenas uno puede treparse a uno de éstos, y mantenerse dentro sin ser profanado, es ya todo un hito, pues en estos armatostes, no cabe ni un alfiler. La imagen es muy similar a la que retratan las tiras cómicas, donde uno está literalmente ensardinado. No hay manera de avanzar adelante o hacia la parte posterior, sólo tienes que dejarte llevar por la marea humana, que en cada estación se mueve a empujones o trompicones, según la premura por acceder o salir de este medio de transporte.

En la calle

Sólo un mentecato como yo, se atreve a usar la calle como pretexto para leer y aprovechar el tiempo, la única desventaja es que, tienes que usar tu tercer ojo para evadir a, intrusos ciclistas, descomunales huecos, y sortear un sinfín de obstáculos que la ciudad te los cede al por mayor. Pareciese más una caminata de obstáculos que una maratón de lectura.

En los parques

Es genial e ideal, pero cuando se presentan ambas peculiaridades al mismo tiempo o indistintamente, lo que falta es lo esencial, los actores, para este caso, los lectores, aun cuando el escenario sea maravilloso, no hay quien lo usufructúe aquello que gratamente se nos cede, tal vez porque dicha práctica es desconocida.

En la playa

También resulta muy placentero y ameno, tirarse sobre la arena misma, o en cualquier tumbona tuya o alquilada. Yo prefiero la arena misma. O buscar algún recho rocoso, y hacer de ello mi particular trono para acomodarme, en cualquier recodo de la ensenada y, empezar a saborear cualquier amable lectura. Y este espacio natural, lo hace más interesante, pues, dispones como lienzo de fondo, la bahía espléndida del pacifico mar que está a nuestra mano, claro está, no si previamente ha sido saciada nuestra vista, con el maravilloso y mayor monumento nacional, cuya creación del buen Dios, nos la dio para nuestra gracia y disfrute, ¡las mujeres!, y que verano a verano, todas ellas muy coquetas, se pasean de aquí para allá con mínimo atuendo, para ser admiradas.

En las bibliotecas

Imposible, porque ya nadie visita estos edificios, se han convertido en lugares vacíos y fríos. Otrora estaban llenos de libros y florecían de chicas listas, y nuestro afán y deseo por explorarlos era efervescente, no necesariamente en ese orden.

En algún café de moda

De hecho, hay gente que lleva estas carillas, a los cafés de moda de la ciudad, pero lo cierto es que creo están allí para ser vistos, y no para disfrutar de una estupenda lectura. Y es que, entre lugares y lugares, este es el menos apropiado para este fin. A menos que sea el cafetín de tu u*, pero es otro tema. En estos  sitios de moda, no se puede saborear ni uno o lo otro, por lo agitado del ambiente, a no ser que, el otro objetivo sea retratar una postal tuya a manera de, intelectual al paso, para tus redes sociales, cuyo propósito es parecerlo, más no, serlo.

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*U. Metaplasmo de universidad


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