Todas las ciudades modernas o que se precien de serlo, son acogedoras y gentiles con sus ciudadanos. Sólo hasta ahora, he descubierto que mi ciudad cumple con estas definiciones y, de hecho, sus autoridades aunque ellos no lo saben, han logrado desarrollar, un intuitivo y manifiesto arte panorámico en todas sus calles, avenidas y parques. Y en mi, desarrollen y florezcan formas de carácter que no sabía hasta ahora yo podía tener.
Pensaba que, la maraña
escandalosa de cables que atraviesa cada intersección de calle, pared, techo, poste,
etc.; respondía a la incompetencia y poca visión de sus autoridades. No, no es así.
Todas esas redes, que al parecer son todas las redes del mundo, y que se pelean
por atravesar dichos puntos, están allí ex-profesamente.
Ya son parte del paisaje urbano. Te levantas abres la ventana para desperezarte y allí están, pareciera que todas las redes quisieran
pasar a un lado de tu ventana, o por el frente de ella, por arriba, por abajo, en fin. Sí allí están, siempre lo han estado
a lo largo de tu vida. Las hay de diferentes espesores y diámetros, rugosos,
suaves, escarchados, lisos, ¡ah!, pero solo vienen en un solo tono, negro. Humildemente me atrevo a sugerir las
fabriquen en diferentes colores. Si lo vemos bien, este cableado aéreo, resultan ser ocultas expresiones
artísticas, pues las marañas y entramados que pensaba que eran, y que desesperada
y copiosamente se agrupan, no sé, si es para llegar o salir de un punto. Actúan
como excéntricas y caprichosas disposiciones, trazados y rayas propias de un artista
irreverente, que aspira desarrollar un patrón super sub realista, abstracto.
Pienso que las empresas dueñas de
las redes o de estos cablecitos, las han puesto allí para desarrollar nuestro sentido
artístico, en consecuencia, para nuestro entretenimiento y disfrute. Seria trágico despertar algún día y no encontrar
el entramado de cables aéreos que yacen tendidos, a cualquiera altura y en
cualquier lugar. No. No se podría permitir tal genocidio visual, de manera que,
hago un llamado ciudadano para que, si encuentras algún cable, caído en el piso
(cual soldado caído en batalla), por favor, avisar a las autoridades para su
inmediata reposición y si es posible se aumente un par de cables más. Y es que, hasta los árboles no quieren quedar fuera de esta postal citadina, y su ramas o
tallos sirven de anclaje y hospedaje de tales líneas de cables.
Algunos distritos de la ciudad
muy innovadores ellos, permiten que sus jóvenes, "promesas" irreverentes del arte
contemporáneo, cuelguen de ellos zapatos, zapatillas u otro objeto, y de esta
manera el arte florece en sus comunas.
Y quién no ha reparado en los
parques cercanos o lejanos de la ciudad, yo pensaba que la mayoría de ellos estaban olvidados a su suerte. No, están allí para
cumplir nobles objetivos.
Se espera por un lado que, la generación espontánea estimule los ecosistemas enclénques que aún subsisten en éstas áreas eriazas, dando paso a otros con resistencia al olvido y a la nula intervención humana. Novísimo concepto que los ecologistas debería resaltar y promover. Mientras sucede esto, puede también usarse como vertedero local para vecinos urgidos de dichas tareas. Como fumaderos exclusivos pero no excluyentes, de exóticas sustancias para nuestros jóvenes incomprendidos. Tambien como refugio temporario o permanente y gratuito para indigentes y, cualquier alma pía que lo requiera; en fin. La imaginación es el límite para crear y recrear innovadoras formas de su uso. De hecho, sería una manera muy democrática de servir a todos los estratos de la comunidad, donde se ubican estos parquecitos. Una democracia participativa real.
Los juegos de infantes que hay en los parques públicos y que lucen oxidados, pues no, no es así, están desarrollando una pátina extraordinaria para lo que será un
futuro será un parque vintage.
Con orgullo pienso que, todo está
bien pensado y diseñado para que los ciudadanos estemos siempre atentos y
alertas cuando circulemos por las diferentes áreas y vías urbanas.
De pronto, en una calle cualquiera, te encuentras un día con un hueco o varios de ellos que ayer no estaban, bueno lo estan ahora, para que la ciudadanía, ya de por si sedentaria, practique lo que llamaría jumping vial urbano, sí, es como un gym gratuito, donde pueden practicar saltos, eludir obstáculos, sortear desniveles, trepar rampas empinadas de las aceras y, mil rutinas a libre disposición.
En general, todas las vías, calles, avenidas, son muy aptas
para vehículos de 4 a 2 ruedas, y de todas la ruedas que a uno se le pueda ocurrir. Estos baches, huecos, o como lo quieras llamar, estan muy bien pensados para las personas discapacitadas, pues sus sillas de dos ruedas podrían
realizar la maniobra en una sola rueda, cuando quieran o puedan eludirlas. Los rengos y abuelos con sus bastones,
pueden usarlos a estos, como garruchas para saltar, y al final, todos en general
resultamos beneficiados. Desarrollando el carácter y favoreciendo habilidades
como la temeridad, equilibrio y valentía. habilidades que pensabas no tenías,
y gracias a esto, hoy florece y desarrolla. Entonces, por qué no agradecer a las autoridades acargo de tales,
que han hecho sin saberlo, una ciudad generosamente amigable y, extremadamente
confiable, solo para nuestro disfrute. Gracias, muchas gracias y ¡Amén!
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