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Nueva y única categoría del Nobel

Para los " influs"   Escribir este artículo ha sido uno de los más arduos que he tenido que hacer, y es que acaso no dispongo y carezco del talento o la "inteligencia artificial"  [ en su sentido semántico ]   que detentan y derrochan estos seres de otro mundo, como lo son los YOUTUBERS ,  INFLUENCERS ,  TIKTOKERS, STREAMERS ,    en fin y/o como sea que se le denomine o llame a esta nueva especie, que han surgido y que florecen en la WEB-IÑA universal. Ni siquiera soy honorable para escribir sobre y acerca “ D ”. Tampoco considero estar a su altura, como para que estas humildes letras ejerzan una especie de retribución por su innegable y real aporte a nuestra sociedad . Son ellos, los nuevos y modernos profetas de nuestro tiempo . De hecho, estas novísimas carreras, que son producto del ejercicio de estas nuevas realidades digitales emergentes, por lo que estos profesionales, [ porque en “ verdacito ” lo son ]  no han pasado ni tenido necesida...

De estar en la luna, a vivir en nube

 

Esto de estar en la nube, inocentemente creía, que estaba conectado a la colonización del espacio por el hombre, me dije, como la luna anda un poco lejos y los planetas lo están aún más, a alguien se le ocurrió la sobresaliente idea de colonizar estas creaciones etéreas, dada su proximidad a la tierra de manera que, como el hombre coloniza todo lo que se pueda colonizar así que, por qué no, ni modo, a vivir en la nube. De hecho, ya me resultaba conocida la frase de, ¡estar en la luna!, pero se refería en específico, a la forma de galardonar a la persona bajo esta categorización, dado a su condición de distraída, o de su poca preparación.

Ah, pero esto de la nubes, nubarrones y nieblitas me parecía totalmente exótico e intrigante, así que me dispuse a investigar un poco acerca de ello.

Y vaya la sorpresa, nada de lo que me había imaginado era cierto, pues no había tal colonización sólo estaba relacionado con el procesamiento y almacenamiento de datos.

También imaginé que posiblemente hayan desarrollado una forma ingeniosa, que nuestras nubes puedan ser usadas como depósitos aeronáuticos de dicha información. Diablos, me dije, deberían acaso darles algún premiecito por ello, ahora éstas, ya no sólo serán un almacén de nuestras lluvias, sino que también seremos bendecidos, porque todos los códigos binarios que producimos, hayan encontrado allí, un buen lugar para su anidamiento. De allí que, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda esto de estar en la nube, y todos ambicionan estar en ella.

Pero dicha factoría celestial nunca hubo tal, al parecer tengo demasiada imaginación, pues sólo se trata de servidores que disponen las diferentes empresas del rubro, aquí en el suelo. Aunque, de hecho, ya existen servidores sumergidos en nuestros océanos, dentro de burbujas especiales llenas de nitrógeno, pues al parecer, el oxígeno causa detrimento en estos aparatos. Y se ubican justo allí, para aprovechar las corrientes frías marinas para su refrigeración, pues cada servidor actúa como un condenado caldero, que emana una gran magnitud de calor.

De esta manera, en un futuro próximo estoy seguro, y dado a que nuestros peces son displicentes a la internet y redes sociales, al menos los tendremos ya precocidos para nuestro alimento.


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