Ahora que dispongo de un registro virtual en wasap de clientes, a
manera de cartera de ellos, no necesariamente por motivos de un pasa tiempo, si
no que la pandemia me obligó a tener esta ocupación, free lance.
De manera que, de tanto en tanto, reparó en las fotos de nuestras parroquianas
que, exhiben en sus redes, a manera de curiosidad, y diablos, se las ve super
bien, geniales, todas unas diosas, tal vez las esculpió generosamente la
naturaleza. Pues que gusto y placer de tener como clientas a aquellas, cuyos
rostros parecen tener un celestial creador. No puedo imaginar otro, que haya
conseguido la proporción, armonía, y delicadeza en las formas y fondos de sus
angelicales rostros, es como si nuestro hacedor, hubiese remedado, el pulso firme
y magistral de un Miguel Ángel. Bendito sea nuestro bienhechor por dibujar tan
espléndidos seres. Si, ahora caigo en la cuenta que, nuestro mejor monumento,
son ellas, las mujeres.
Pero ahora, que las veo en vivo, face to face, me pregunto, que sucedió
con las de las fotitos, ¡diablos!, parecen otras personas, qué les pasó, o quién
les pasó por encima, pues no hay forma de comparación, ni un ápice de lo que nos
muestran en la red, y lo que en verdad son. Y todo de un día para otro, parecen
irreconocibles.
De descollar radiantes, hermosas, bellamente esculpidas a manera
de Miguel Ángel, pasaron a ser un garabato de un aprendiz desconocido. O acaso
mis lentes, me están tendiendo una jugarreta, tal vez debería cambiarlos ya
mismo, pues ya hace buen rato que no los renuevo, así que me los saco, los friego
y refriego concienzudamente, para volverlos a poner, pero no, no eran los
lentes, pues está el mismo rostro frente a mí, frío, apagado, deslucido, será
la misma que se presenta en la cuenta de su portada, acaso es otra persona y equivoqué
el pedido, por si acaso, le repito el nombre, si es la misma persona. No me
quepa la duda, es la misma, pero en versión cruda y real.
Ahora caigo en la cuenta de lo que sucede, y resulta que, conveniente e inteligentemente se hicieron un par de retoquitos por aquí y por allá, sin necesidad de pasar por las pinzas de un cirujano real de carne y hueso, por lo que optaron, por un cirujano digital, total, no les costó ni un real y quedaron como dios manda, para el face, y sus otras social media. Al final, lo más importante es parecerlo y no serlo. Genial!!
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