Esto de andar por los cincuenta tiene sus ventajas, cuando estoy en alguna cola* la señorita que guía la línea de cualquier redil** público o privado, me ofrece saltarme ésta y acceder a las ventanillas destinadas a las personas de mayor edad. ¡Diablos! Tal vez no he advertido ni me he mirado al espejo recientemente, y de pronto, ya esté bien entrado en años y mi aspecto sea el de un viejito.
Y cuándo ocurrió aquello, pues hasta antes de la pandemia, todos, grandes y chicos, en cualquier cola, en el bus de transporte público, amén de otros contextos y sitios, me ignoraban. Ahora de súbito, y usando barbijo, y hasta antifaz transparente, mi aspecto se ha transformado, al parecer me veo como Matusalén, a cuya abstracción sin duda contribuye mis ralos pelos canos que aún me quedan en los costados de mi testa. Pero prefiero a esta presunción o conjetura, a soplarme*** una infinita y larga cola, -de y para- acceder a cualquier tipo de servicio. Y hasta voy más allá, pues aplico algunas técnicas de achaques que he ido puliendo desde la pandemia para filtrarme con premura y prontitud a las ventanillas en mención. Y funciona, pues el personal encargado de ordenar y orientar, se mantiene en estado de alerta, al parecer pueda precisar de alguna ayudita extra, como de primeros y segundos, o terceros auxilios, diablos, pues con las personas mayores nunca se sabe.
Esto de ser adulto no está tan mal. Todo
el mundo te saluda y a veces muy a menudo te ceden las butacas en los buses de
transporte público, de hecho, hay personas aún mayores que yo, y muy consideradas
ellas me ceden su sitio, o acaso ya estoy a punto de entrar a la categoría de
adulto mayor, y no me doy cuenta.
Y debe ser por lo cincuentón, pues no me explico, cuando fui a mi ex universidad a solicitar mi récord académico, me los dieron todos y en originales. En general te los dan como copia, y nunca en original, o es que acaso la funcionaria me está sugiriendo leer entre líneas, y lo que verdaderamente me está diciendo es: llévatelos los originales y no fastidies, total ya no creo que a tu edad te servirá para nada.
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* Cola. Línea, curva u otro
elemento geométrico usado desde la pandemia, para mantener a las personas ordenadas
y a la espera de lo que sea que estén esperando.
** Redil. Para este caso, manada de humanos que trata de acceder a un bien o servicio, pero mientras ocurre ello, se hallan en espera en un espacio específico.
*** Soplarse. Para este caso interpretese como aguantar, soportar, esperar, o algo así.
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