Ir al contenido principal

SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

Hay marcianos en mi país

 

De hecho, no hay extraterrestres en mi país, menos aún seres provenientes del planeta Marte, bueno algunos individuos tienen un parecido muy vívido con ellos, más bien diría, con las imágenes estereotipadas de acerca como sería su fisonomía, si en verdad existieran, pero no pasa de ser una mera similitud con aquella imagen mental iconica de un "marciano E.T*" y, no es más que un pequeño chascarrillo socarrón al realizar dicha comparación.

Dicho esto, creo que en ninguna otra parte del mundo puede haber tantos marcianos como lo hay en mi país, y vienen en recreativos colores que a su vez están asociados a una infinidad de sabores frutales, al menos de aquellas que están en estación.

Aquí en mi país toma dicha denominación, "marciano" a un tipo de helado artesanal, creado en los hogares de nuestra niñez y afiebrada mocedad para satisfacer y recrear nuestro gusto por los gelatos italianos, pero acá, en cada una de nuestras ciudades se los elabora en base a la fruta de estación. Y es esta fruta, es la que si estruja o licúa, en combinación con leche o agua, y cuyo producto final, después de exponerlos al frio de congelación, emergen como sólidas salchichas alargadas, pues previamente se los ha embutido en unas fundillas plásticas alargadas, de más o menos unos 20 centímetros de longitud. Y a disfrutarlos, o chuparlos, de allí que también viene su otro sobre nombre característico de, “chupetes”.

Quiero creer que este apodo de “marcianos” se tomó en base a que, un italiano llamado Giovanni Schiaparelli *quien, a través de sus observaciones por telescopio, al planeta rojo descubrió que, aparentemente su superficie presentaba una especie de “canalli”, y dado a una confusa y rara traducción de dicha palabrita, dio origen y desató la imaginación, especulaciones, creencias, y todo un corpus de obras ficcionadas, acerca de la existencia de vida en este planeta. Pues se suponía que cierto ingeniero agrónomo marciano tuvo que haber hecho dichos canalitos.

En consecuencia, estos "canalitos marcianos" tienen un parecido a las fundillas de plástico que albergan a nuestros propios marcianos, de allí, una cosa llevo a la otra, y el resto es historia. Y bueno es la historia que le cuento a mi menor hija, cuando la observó que está preparando estos manjares, y me hace recordar mí niñez, cuando era un crio, y al igual que ella también innumerables veces los preparaba.

Ahora, estos marcianitos ya no se ven por ningún lado, y los pocos marcianos que aún sobreviven los han rebautizado como chups o algo así, pero para mí serán los memorables marcianos de siempre.

---

* Giovanni Schiaparelli. Inspirador de todo el corpus de las obras ficcionadas marcianas.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El Olimpo y nuestro cielo

Cualquier parecido con la actualidad es mera casualidad El hogar donde residían las diferentes deidades antiguas era precisamente el olimpo. Y cada uno de estos dioses poseía singularidades características que los definían. De esta manera detentaban ciertos poderes sobre uno o varios elementos de la tierra. Y estas atribuciones, pues como debe ser y corresponde  a su jerarquia teocrática, las ejercian sin bridas ni contemplaciones de acuerdo a sus egoístas antojos , pues estos dioses al igual que los humanos podían, amar, hurtar, tener ira, en fin. En consecuencia, ostentaban las mismas miserias morales humanas, por lo que era muy menudo jugaban con el destino y repartían venganza entre los mortales. También estas divininades apreciaban en sumos grado todo esto de las ofrendas y sacrificios .   Cada uno de ellos, unos más que otros, poseía sus egregios templos erigidos por sus siervos, es decir, por sus fans mortales que anhelaban ser merecedores de la gracia y favor de aquellos. Y

Mi tío Benny* y su fobía legítima a la personalización de los vehículos

    “ Esto de las personalizaciones de los vehículos son cojudeces, necesitamos que el mentecato coche, cumpla cabalmente con su endemoniada función para el cual fue ideado, llevarte de un punto A, al punto B, nada más, el resto a la camisa **”  … Sí eso decía mi tío Benny * Y es lo primero que me viene a la mente, ahora que estoy en una concesionaria, y voy examinando estos modernos vehículos que año tras año nos provee el mercado vehicular, para nuestra completa satisfacción. Al parecer estos criterios que tenía mi tío Benny acerca de la única y original, función que debería satisfacer los vehículos a sus propietarios, al parecer ya no es así, son cosas del pasado, Ahora, la principal función felizmente, aún se mantiene, pero sólo es cuestión de tiempo, para que se decante, y tenga el mismo final en que acabaron los teléfonos personales , hacen de todo y muy poco de su función primigenia. Pero por ahora, estos carros además de trasladarnos, al parecer no es suficiente, debemos y

Intentando encontrar una ciudad propia

  Motivado por mi grado cada vez mayúsculo, y máximo rechazo a como la ciudad se ha transformado en un monstruo irreconocible , donde entre otras cosas, el tránsito de peatones y conductores impenitentes , resulta como un acertijo indescifrable, quizás normado por la supresión de cualquier sentido práctico o común de una convivencia racional, y que sólo es superada por reestrenadas primigenias formas de sobrevivencia, a costa de todo y de todos, en fin.Quisiera dejar de lado todo esto e iniciar una nueva ciudad, o cuando menos un feudo particular y privado, basado en mis particulares estándares de disfrute personal.   E n esta ciudad ideal y autogenerada por mí mismo, no pago impuestos , ni de hecho me los despojarían, ni los buenos ni los malos. No hay jerarquías burocráticas de ninguna letra, ni nivel, como las fácticas de carne y hueso, que tratan de esquilmar mis bolsillos. Puedo segregar a mis vecinos , a los no tan vecinos, así como a mis amigos y enemigos. En esta particu