Capítulo: tú decides el número
Estamos
en pleno siglo 21, hace años cuando éramos chibolos* esta denominación SIGLO
21 parecía lejana, pero ahora ya es una realidad, en aquel tiempo quizás
influenciados por las historietas que leíamos o por la tv que veíamos, nos presentaban
a ciudades de ese periodo poco menos que galácticas, llenas de adelantos, sobre
todo en el campo tecnológico, progreso por doquier: taxis aéreos, tele transportación,
ciudades áreas, todas ellas retratadas a manera de ciudades utópicas.
Bueno
todo lo soñado en aquellos primeros años nubilosos, hoy ya maduros nos alegra
sobremanera vivir y saber que dichos sueños por fin se hayan logrado, en lo
particular me colma de alegría hasta el llanto de disfrutar cuánto progreso a alcanzado nuestra ciudad.
He
aquí algunas escenas de un hermoso tour por nuestra soñada ciudad.
- Escena 1. Vendedores
ambulantes han tomado las veredas, genial, y como no es suficiente coparla toda, pues, las calles, las avenidas, los caminitos, han sido lotizadas para dicho fin. Sólo se ha dejado, en el mejor o peor de los casos, unos metros para que fluya por allí una
innovadora forma de tránsito y co working, donde carretas, triciclos, bicis,
vehículos grandes o chiquitos, de carga o sin ella, públicos y privados, en fin, y por qué no también, motos, sillas de
ruedas, hasta perros y gatos transitan de una manera eco amigable jamás inimaginable.
No
hay centímetro de la superficie de las calle, que este desperdiciado, cada uno
de ellos cuenta, sea en la acera, pista, paredes, techos, en fin. Las vías de
circulación peatonal han dejado de existir. Hermoso, es como ser trasportado a
una dimensión desconocida.
- Escena 2. Vas
caminando a manera de turista, claro está, con el atuendo típico de éstos,
gorrita con amplia visera para algún cálido día, gafas antirreflejo, algunos
pantalones cortos y por supuesto con cámara en mano o adherida al cuello como fotógrafo
profesional, presto a cubrir algún evento noticioso. Y ¡zas! en un santiamén te
despluman antes de haber jalado el gatillo para alguna fotito a manera de
souvenir para el recuerdo, y te dejaron como adán en el paraíso, pero a diferencia
de éste, que deambulaba calato todo el tiempo en el Edén , a ti te dejaron, además de encuerado, traumado, y sólo en el empíreo de este gallinero.
En consecuencia, la
vestimenta apropiada para el full day debería ser: algún raído vaquero, cuanto más
viejo mejor, si hay algún roto en la vestimenta es lo ideal, y si no hazle un par
de ellos, cuanto más visible mejor. Nada de accesorios que llamen la atención
como pulseras, relojes, cadenas ni billeteras, por supuesto si tienes unos zapatos
deportivos más o menos cool mejor guárdalos, anda en chancletas, o a pie
descalzo, la idea es el camuflaje, ser parte del paisaje, de lo contrario ya fuiste.
- Escena 3. Un
tipo con un tremendo bate más grande que su tamaño, se pasea por los
alrededores de alguna calle, como marcando su territorio, porque en realidad lo es, ¡un rey que cuida
de sus dominios!. Tú pensabas que dicho objeto que juega en sus manos a manera
de amuleto, es para intimidar al que no ose pagar el justiprecio por ocupar un
ratito su calle, ya que tuviste la genial idea de ir en tu vehículo deportivo, a
realizar cualquier cosa que tengas que hacer, pues te equivocas, es sólo eso, un
amuletito de la suerte. ¡Ah! pero si rehúsas pagar por ocupar aquello que
creías eran espacios públicos, ellos o en este caso, él, te lo hará saber, por supuesto como una manifestación
de gratitud y símbolo de amistad, por la visita, a manera de una fraternal caricia
a los faros o cualquier otra parte de tu vehículo.
Y
si por esas cosas del destino pues, aunque no lo creas, el destino le encanta
tenderte unas jugarretas a manera de broma, te encuentras con un representante de
la ley (policía), y atinas a quejarte de dicho acto, que tú inocentemente lo consideras
abusivo y totalmente intolerante … Pues no lo es para el que representa la ley
y el orden. Según nuestros uniformados, estos sujetos tienen derecho a trabajar
honestamente, así que, no hay de otra, y a pagar la platica, y no algunos reales
que por allí guardaste, pues te lo retornaran a tu mismísima cara, sin más
aspavientos: ¡ Yape tío no jodas acá cuidando el carro y me das esta miseria
afloja, afloja !. y ni modo, si él
lo dice y la autoridad también, ni modo. Quienes somos nosotros para decir lo
contrario, a meter mano al bolsillo y hasta más vernos…
* Inocente ser humano nacido en el siglo pasado, que creía
que las ciudades serian ¡eso!, ciudades.
Comentarios