Antes de mudarnos acá, vivíamos con mi familia en una casa que
daba a una avenida muy transitada, por lo que, el ajetreo, el ruido por los coches,
en fin, todo era un pandemonio cualquier día de semana. De manera que, cuando
nos mudamos a esta comunidad, mi pequeña hija que estaba por los cuatro años, me
decía: ¡Papi, ¡dónde está la gente! Ahora después de muchos lustros, cada vez que
voy caminando por el barrio, me pregunto, ¡diablos dónde están las
casonas de antes!
Casi no sobreviven casas unifamiliares, estas han dado paso a formidables
edificios de apartamentos. Es increíble pero no concibo la razón real o ideal, qué es lo que nos pasó, antes precisábamos de plazas más grandes para nuestras
viviendas y hoy en cada una de aquellas se yergue un edificio, toda la mole
vertical repleta de demasiados apartamentos que nacen de lo que antes fue una casita de ayer.
Al parecer nuestras demandas de espacios amplios y vastos se va
reduciendo más y más, tal vez al carecer de superficies horizontales para el
crecimiento de la ciudad, por lo que, no queda otra alternativa que hacerlo de
manera vertical. De esta manera, sólo nos queda someter nuestras exigencias y
necesidades de espacios amplios a versiones más compendiadas o simplificadas.
De esta manera, nuestra capacidad de ingenio será puesta a prueba, y
la optimización de espacios será un reto, dado a que lo "depas" que ofrece el
mercado, parecen más una versión miniaturizada que una ideal.
Habrá que ir pensando en hacer de nuestros mobiliarios una
especie de transformers domésticos. En consecuencia, nuestra mini Queen o King size
se puede transformar en el día, en una mesita para nuestro trabajo de oficina,
y a la hora del almuerzo en una amplia mesita de comedor.
Eso de los mueblecitos, felizmente ahora viene en la versión sofá
cama, muy conveniente para estos casos. En otros, por qué no, prescindir de
ellos, a la manera japonesa, donde estos elementos son irrelevantes, más bien
reemplazarlos por alfombritas personales, e ir entrenando la mejor postura para
estrenar una buena flor de loto, de manera que, no terminemos por acalambrarnos
por sentarnos en el piso a la manera de faquir.
Hay que olvidarse de los mentados estores, plegables, translucidos,
en fin, y reemplazarlos por geniales tendales que serán anexados a nuestras
ventanas, de esta manera, tendremos un secador al natural, de nuestra ropita
recién lavada, y de paso cumplirá cabalmente también con la función de
cortinita multicolor.
Todo es posible, y al final, también termine por sucumbir a esta tendencia urbana, en consecuencia, comprarme un "depa" de ahora. No sin preguntarme como no me compré uno antes, pues estos apartamentos
están muy de moda, y esto de la moda, bueno ella, al fin y al cabo, nunca
incomoda.
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