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SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

ESTO DE MANTENERTE EN FORMA…


Me encanta ir a trotar, pues es como un disfrutar de un paseo aprisa, pero sin la vertiginosa presión de llegar extenuado y super cansado al final del recorrido que te da un sprint, o algo más largo como, una carrera de más aliento, una mini o media maratón porque me resultaría espantosamente estresante, además mi idea de disfrute, prima sobre el recto propósito de encadenarme a una tensión física excesiva, que no la necesito ni deseo. Se trata más bien de liberar un poco de péptidos en forma de endorfinas para mi regocijo personal.

Sólo es mi estilo de vida que siempre he cultivado, va con mi uso y forma de vivir y disfrutar de lo que hago. Sí sólo eso, y menos de aquello que se parezca a favores que provee a la salud corporal o espiritual, la práctica de cualquier tipo de deporte.

Voy solo, y con la compañía de mis reflexiones, sin la menor profanación de cualquier otro adminículo, como audio música y / o menos aún de lo blasfemos que resultaría llevar a esta sagrada práctica, algún móvil. Diablos, no alcanzaría el deleite completo, ahuyentaría mi idea de diversión y disfrute de estos paseos, sin la concurrencia de todos mis sentidos por las odiosas distracciones de aquellos dispositivos móviles.

Me gusta esta práctica, porque es muy personal e íntima, de hecho, lo que más odio de los deportes colectivos, es la dependencia de otros para alcanzar un bien común, es una especie de comunismo encubierto, donde unos alcanzan el beneficio acosta de otros, y dado a que me gusta mi singularidad, lo que me exime de la aprobación o desaprobación gratuita de un colectivo.

Me encanta ir a mi propia cadencia, lento o rápido es irrelevante, se trata de regocijarse del camino sin fijarse en la meta, porque eso no es lo mío.

Y el lugar para su práctica, me resulta también irrelevante, pero eso sí, ineludiblemente tiene que ser un espacio abierto, no puedo reducirlo a un circuito cerrado o cercado. Un bosquecillo, en los acantilados de la bahía, o por el borde de la playa, y hasta las vías urbanas de la ciudad son adecuadas para mí, en fin, no discrimino, más bien aprecio y saco provecho del medio donde estoy.

Hasta mis atuendos, están exentos de alguna regla, no preciso de marcas, formatos u otras cualidades que, afanosamente otros seres, se esmeran y en ese afán salen a mostrar(se). Se trata más bien de calzarme y vestirme con lo más cómodo y simple posible.

De manera que, y a modo de corolario, salgo a disfrutar del proceso, en vez de mostrarme en él.

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