Ir al contenido principal

SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

Claves secretas de tontos como yo

Esto de las claves secretas de todos y cada uno de mis correos personales y profesionales, así como el santo y seña, passwords de los diferentes aplicativos de la red y hasta de las tarjetitas de fiado bancario, cada vez que me presto a usarlas, no alcanzo a recordar, cuál es tal, una o la otra, o siquiera, alguna pista que me revele qué caracteres pertenece a tal o cual aplicativo, no, nunca logro recordarlas.

No hay manera de retrotraerlas a mí memoria, pese a que durante el proceso de creación de cada una de ellas daba por sentado que esta vez, si en verdad las evocaré, pero al igual como en todas las anteriores, que me dije a mí mismo, con esta fechita de mí cumple*, o el onomástico de algún familiar, o cierta fecha conmemorativa y en extremo significativa para mí, o de mi clan, será imposible su olvido, pues caso contrario, significaría caer en la categoría de ser clasificado como un re-tonto.

Y sí, en efecto, confirmo hasta ahora que, no hay santo y seña eficaz aprueba de super tontos, o acaso soy demasiado dummie, para que esta categoría ejerza su derecho de afiliación y me cobijé como miembro pleno o al menos frecuente, hecho que indudablemente creo habérmelo ganado, a fuerza de obstinación, sin embargo, al parecer soy demasiado, o algo así como requeté, o super-tonto, en consecuencia, he excedido los créditos de esta categoría, como para ingresar a sus nobles filas.

La verdad, no recuerdo cuantos correos he creado y he vuelto a recrear, y no puedo imaginar las veces que he cambiado de claves, a causa de esta amnesia empeñada en hacer de mis passwords todo un calvario. Creo que hasta los mensajes de logueo, de cualquier página, o apps, y de cuanta operación o transacción virtual, me exigen digitar estos caracteres, para acceder al siguiente nivel de la tarea que estoy realizando, se han empeñado en sacarme de mis casillas. Hasta tengo pesadillas con estas alertas iterativas que se plantan en la interfaz de mi ordenador, cada vez que porfío en el error, y que me indica en letrita roja: ¿ha olvidado su clave? La verdad me gustaría contestarles: ¡No!, ¡estoy tratando de digitar un chascarrillo! Pero creo que esta ironía mía no la entendería ningún algoritmo y, de hecho, tampoco habilitan pestaña alguna para escribir mi estado de ánimo, o un comentario.

Intenté alojar estos datos secretos en los stikersitos de “post it”, con colores y tamaños diversos, y por toda la casa, en pasadizos, en las escaleras, en los baños, en mi habitación, en las ventanas, cocina y comedor, en fin. Pero resultó en un rotundo fracaso, pues esto de buscar hojita por hojita, el santo y seña requerido, fue logísticamente poco útil, amén del nuevo arte mural que resultó esto de, estar pegando papelitos de colores por todo sitio.

De manera que, ahora he creado en mi ordenador una carpeta exclusiva para alojar en ella un archivo, en la cual tallaré, con aquella tinta virtual indestructible, todas y cada uno de las claves que detento, con el objeto de enmendar mi permanente fracaso de recordar todas y cada uno de los passwords, claves, o santo y señas, que hasta a ahora me han sido esquivos para recuperarlos a fuerza de la memoria frágil mía. Y con la esperanza puesta en la memoria menos tonta y más inteligente de esta metodología digital, y me haga parecer y ver menos tonto, y “por si las moscas**”, personalizaré dicha carpetita con un símbolo apropiado y revelador como, “un manojo de llaves”, de manera que, esta iconografía me indique subliminalmente y taxativamente que estas llaves son las que abrirán alguna cajita fuerte, más aún, al nombre del archivo que se alojará en la carpeta, la bautizaré también con otro nombre igual de revelador y especifico como, “claves secretas”. Y voy un paso más allá, y también por si acaso, toda esta información la alojaré en la nube, de manera que en cualquier momento y lugar pueda accesar a ellas.

No obstante, todas las personas que me rodean y sin duda son más cuerdas que yo, me desaconsejaron realizar dicha acción, pues hay piratas virtuales que navegan por la red tratando de pescar claves y cuentas de incautos, y dado a las características de toda la ruta especificada, marcada expresa y taxativamente para llegar hasta las claves, me indican que, sería como ayudarles a ponerme una soga al cuello, o para este caso, su anzuelo al pez.

Pero la verdad todo ello me tiene sin cuidado, pues creo que, estos piratas se llevarían un fiasco, si logran accesar a mis cuentas, y apuesto a que, al mirar los saldos finales de ellas, a lo mejor les de cierta penita, y me colaboren con unos centavillos.

De manera que, ahora descanso tranquilo, con la seguridad que la próxima vez que se me pida cierto logueo y en la que esté involucrado el registro de mi clave, sabré dónde estarán disponibles estas, y tal vez de paso el saldo de mi cuenta bancaria sea más favorable, si acaso se atraviesa algún pirata fisgón por ella.

---

*Cumple. Metaplasmo de cumpleaños.

** Por si las moscas. Para este caso interprétese como, ¡o si acaso!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El Olimpo y nuestro cielo

Cualquier parecido con la actualidad es mera casualidad El hogar donde residían las diferentes deidades antiguas era precisamente el olimpo. Y cada uno de estos dioses poseía singularidades características que los definían. De esta manera detentaban ciertos poderes sobre uno o varios elementos de la tierra. Y estas atribuciones, pues como debe ser y corresponde  a su jerarquia teocrática, las ejercian sin bridas ni contemplaciones de acuerdo a sus egoístas antojos , pues estos dioses al igual que los humanos podían, amar, hurtar, tener ira, en fin. En consecuencia, ostentaban las mismas miserias morales humanas, por lo que era muy menudo jugaban con el destino y repartían venganza entre los mortales. También estas divininades apreciaban en sumos grado todo esto de las ofrendas y sacrificios .   Cada uno de ellos, unos más que otros, poseía sus egregios templos erigidos por sus siervos, es decir, por sus fans mortales que anhelaban ser merecedores de la gracia y favor de aquellos. Y

Mi tío Benny* y su fobía legítima a la personalización de los vehículos

    “ Esto de las personalizaciones de los vehículos son cojudeces, necesitamos que el mentecato coche, cumpla cabalmente con su endemoniada función para el cual fue ideado, llevarte de un punto A, al punto B, nada más, el resto a la camisa **”  … Sí eso decía mi tío Benny * Y es lo primero que me viene a la mente, ahora que estoy en una concesionaria, y voy examinando estos modernos vehículos que año tras año nos provee el mercado vehicular, para nuestra completa satisfacción. Al parecer estos criterios que tenía mi tío Benny acerca de la única y original, función que debería satisfacer los vehículos a sus propietarios, al parecer ya no es así, son cosas del pasado, Ahora, la principal función felizmente, aún se mantiene, pero sólo es cuestión de tiempo, para que se decante, y tenga el mismo final en que acabaron los teléfonos personales , hacen de todo y muy poco de su función primigenia. Pero por ahora, estos carros además de trasladarnos, al parecer no es suficiente, debemos y

Intentando encontrar una ciudad propia

  Motivado por mi grado cada vez mayúsculo, y máximo rechazo a como la ciudad se ha transformado en un monstruo irreconocible , donde entre otras cosas, el tránsito de peatones y conductores impenitentes , resulta como un acertijo indescifrable, quizás normado por la supresión de cualquier sentido práctico o común de una convivencia racional, y que sólo es superada por reestrenadas primigenias formas de sobrevivencia, a costa de todo y de todos, en fin.Quisiera dejar de lado todo esto e iniciar una nueva ciudad, o cuando menos un feudo particular y privado, basado en mis particulares estándares de disfrute personal.   E n esta ciudad ideal y autogenerada por mí mismo, no pago impuestos , ni de hecho me los despojarían, ni los buenos ni los malos. No hay jerarquías burocráticas de ninguna letra, ni nivel, como las fácticas de carne y hueso, que tratan de esquilmar mis bolsillos. Puedo segregar a mis vecinos , a los no tan vecinos, así como a mis amigos y enemigos. En esta particu