El
Sr. Oscuro es partícipe que, el mercantilismo debería ser considerado un derecho
público, escaquea toda forma de oficio manual, pues considera al noble oficio de pensar como, el trabajo más noble y quizás más difícil. ¡supremo bien! Pretende
ver más allá de lo que nuestros ciegos ojos no alcanzan a ver, y es cuando comprende
que necesita de las aguas del Siloé para lavar su careta.
Su
égida está basada en el conocimiento, pero cuanto más conoce más vulnerable es,
se torna menos sabio, y su ignorancia se acentúa
Su
espada es su pluma, que está llena del fuego sagrado, de aquel que Prometeo robó a los dioses del Olimpo,. Y con él, porfía en incendiar las praderas
de su propio oscurantismo necio y obtuso.
Se conduce por la
vida satirizándose y ridiculizándose, porque a esta altura de la vida, lo que menos
le importa es, ¡el qué dirán!, de hecho, es él rey y a la vez un bufón, pero de
su propia corte.
Considera a Rodinia,
Pangea como sus verdaderas moradas, pues, esta contemporánea tierra es de chacales.
Siempre está la búsqueda de una ciudad menos distópica, aunque dicha tarea se torne inalcanzable,
pero igual, escala diariamente su montaña en el mar,
Y se niega a creer
en toda forma superior al hombre, sin embargo, al reparar en su insignificante
finitud, no deja de admirar y maravillarse por la infinita, espléndida, asombrosa,
creación del universo y sus dioses.
Al final, el señor Oscuro,
trata de descifrar quién es él, que caminos claroscuros descubrir, y acaso al
final de ellos, encontrará aquella ciudad utópica ... sólo para él.
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