Siempre
he reparado en que allá arriba, tendrán un super eficiente e impoluto
departamento de selección, admisión de nuestras oraciones y en consecuencia sus
sentencias, conjeturo, no se parecerán en nada a cualquiera de nuestros
procesos de admisión y resolución que ejerce cualquier entidad o ente público o
privado, aquí abajo. De lo contrario, estas tierras serían inhabitables.
"La cosa nostra",
una de las organizaciones consideradas enemigas públicas en grado superior, sus
miembros eran creyentes devotos, y antes de cometer sus fechorías y crímenes,
se daban una vueltita por sus respectivas iglesias, para encomendarse a sus
santitos y hacerlos depositarios de sus plegarias.
Domésticamente,
por estas tierras, delincuentes y toda esta laya especial de seres, tiene sus
convenientes y privados santitos, imágenes, y toda la parafernalia alusiva, de
manera que, antes de incurrir en cualquier iniquidad se encomiendan a éstos, tan
o más que cualquier alma pía.
Asumo
pretenderán que éstos ejerzan un fuerte y valioso lobby, para que el supremo señor los redima
o cuando menos, les facilite sus trabajitos, o ambas cosas, quién sabe.
La
verdad, me pregunto cómo funciona este sistema de gracias y cómo se da
respuesta a nuestras plegarias, pues, al fin y al cabo, somos todos criaturas
de Dios y supongo que a todos nos presta su amable oído.
Acaso
estos chicos malos están en ventaja frente al común de la gente, pues demasiado y muy
a menudo por estas tierras siempre, se salen con la suya. Es como si el mismo
sistema hubiese sido infiltrado por sus ángeles protectores. En efecto hacen su
tareíta de protección, pues diariamente vemos, algo desencantados, como emergen
de él, libres de polvo y paja, cual santas y mansas palomitas.
En
general, en nombre del señor se hacen guerras, se invaden países, se violentan
derechos, y hasta los más bárbaros crímenes y genocidios se comenten.
Supongo
que no todas las jaculatorias serán acogidas y de hecho asumo se pauten
escrupulosamente, y después de pulcras y justas deliberaciones, las decisiones,
a cerca de a quién se concede o deniega tal o cual gracia, serán cuidadosos, de
lo contrario, el mundo sería un infierno, o acaso ya lo es. Imagino, que los evaluadores
de tal proceso, serán indemnes a las promesas y lisonjas, pues a quién no le encanta
una lisonjita, de manera que, sabiamente sólo se pondere y se destile la súplica
de la persona que se estime, limpia y diáfana de alma y espíritu.
Saber
escuchar un corazón honrado y puro a diferencia de otro, oscuro, abyecto y vil presumo
debería ser cuestión de entrenamiento, pues los más pillos son más duchos en el
embuste, o el engaño, de manera que, la experticia, los haga duchos en, separar
el polvo de la paja, y saber discriminar qué alma es digna de la buena ventura.
Supongo
tendrá mucha chamba* nuestro creador, tal vez por ello la demora en conseguir
gracias a nuestras oraciones, pues al haber millones de gentes que, al mismo
tiempo, píos e impuros de la sociedad, tienen el derecho de rezar y ser
escuchados, espero, no signifique, también ser oídos.
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* Chamba. Trabajo.
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