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SOY UN SUPER HÉROE

  … Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras  comics  de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc

Creo que en cada uno de nosotros hay un acumulador escondido

¡Diablos!, ya no cabe espacio libre en casa sin que esté ocupado por alguna caja repleta de objetos, que voy acumulando más y más, día con día, año tras año. Y es que realmente pienso, que algún día voy hacer uso de todos o alguna de aquellas cosas. Lo peor de todo, es que tal día nunca llega.

Es más, siempre que busco algún objeto, cosa, herramienta, bueno en fin cualquier objeto que guardé hace un buen tiempo y ahora que precisó de ello, no lo ubico, nunca logro hacerlo, hay montones y cúmulos de cajas etiquetadas con nombre y renombres que supuestamente aluden a los bártulos que están alojando, pero dado a que mi mujer al igual que yo, le gusta y en mayor grado, guardar desde un alfiler hasta cuanto objeto llegue a sus manos, por trascendente o carente de esta cualidad, ya sea porque lo compró, o alguien se lo regaló, o heredó en fin. De manera que, los rótulos han asistido a cambios y recambios, e incluso se los ha ignorado, pues dado a la cantidad de objetos que se tiene que guardar donde quepan, no hay lugar libre dentro de cualquier caja, que sirva para este noble propósito. Por lo que nunca sabré con certeza lo que anidan en realidad estas cajas, a menos que escudriñe dentro de ellas. Y hacerlo y por lo tupido e inaccesible que resulta ello, se torna en una tarea perdida aún antes de haberla empezado.

Necesito deshacerme de estos inútiles objetos que lo son ahora, y son realmente un estorbo más que una supuesta ayuda en un virtual futuro, que nunca arribará. Pues cuando realmente se precisa de aquellos, son extemporáneos o no se los puede ubicar, por que la ausencia de señas, o cuando se echa una mirada a los grafitis estampados en las caras de estas cajas, nunca corresponde al contenido que supuestamente etiquetado, de manera que, es más provechoso y fácil salir a comprar uno nuevo que echarse a buscar cual aguja en pajar.

¡Diablos!, deberíamos de tener como única y general regla de oro, que "aquel objeto o artículo no usado en un año -ni un día más-, este se debería desechar de inmediato", por lo que una buena opción sería vender, donar, en fin. Se trata de sacarlos de nuestras vidas y llamar ya mismo a los Traperos de Emaús para cumplir con tal tarea. Bueno en realidad de tanto en tanto éramos caseritos de esta noble cofradía, hasta que de un tiempo a esta parte se tornaron más o menos eticosos, por lo que sólo se llevaban lo más adecuado respecto a sus nuevos y altos estándares de calidad, en consecuencia abdicaban llevar todos y cada uno de los bártulos que apartábamos para ellos, ¿…y el resto?, a la basura, pues ni regalado lo quieren. ¡Demonios!, y dónde quedó eso que, la basura de uno es el tesoro de otro, al parecer sólo es eso, un bordón puro y simplón.

Pero volviendo a lo que nos ocupa, pasado el año, sí, y ha desecharlos, de esta manera estoy seguro que, reconquistariamos una buena y amplia habitación, la que inicialmente se la destinó como área para juego y recreación para nuestras pequeñas hijas, pero dado ahora que ya son adolescentes, y ya hace un buen rato que esta superficie se convirtió en un “self storage familiar”, y dicha amenaza pretende extenderse a las habitaciones personales, salas, baños y cuanta área libre exista. No nos queda de otra que botar cada una y todas las cosas. Creo que almaceno y acopio ropa desde que era soltero, es tiempo de dejarlo ir y de paso desechar también algún vínculo conmovedor, sentimental del pasado.

Por lo que, mi mujer y yo secundándolo animosamente, empezamos a separar escrupulosamente, de cuando objeto, bártulo o prenda pensamos desechar, pero dado a que nuevamente ella al igual que yo, al ver que cada objeto apartado, estamos muy seguros que, éste en verdad, nos será de utilidad en un futuro inmediato, lo retornamos a su cajita original, aunque en "verdacito" sé que, de ninguna manera será así, por lo que seguiremos acumulando con o sin el menor sentido, más y más.


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