Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e
Cuando era un crio recibí un regalo muy singular, un pequeño libro, desde aquella vez fue la única vez que recuerde haber recibido un regalo tan singular. Y de hecho yo mismo nunca he dado este tipo de obsequios, es más nunca he regalado nada, a nadie, ni a mí mismo. De hecho, aún conservo dicho ejemplar, se llamaba, bueno aún se llama, “ La cabaña del Tío Tom”, de dicho evento habrán transcurrido, creo, 35 o 45 años… quién sabe. Lo preservo cómo prueba que este tipo de regalos, son imperecederos en el tiempo. Su narrativa se centra en la mentalidad esclavista americana del siglo 19, el tema siempre es atemporal, matizada con hechos y valores como, la amistad, lealtad, y la lucha contra el destino. Es como si fuera un triste remedo a nuestra realidad actual. Sólo han cambiado algunos escenarios y personajes, pero los prejuicios se mantienen, tal vez intactos, allí y en cualquier otro lugar. La política de regalos en mi medio, está muy normada y ajustada a rigurosos estándares qu