... Ante la evidente imposibilidad de lograr que cualquier texto sobre ciencias duras o blandas y, otras materias relacionadas con la academia formal, llegue a la mayoría de la gente, para que de algún modo todo este conocimiento generado no se pierda en el olvido y cumplan con algún otro objetivo, aparte del muy noble que se los concibió, como apolillarse en los anaqueles de las bibliotecas de las universidades, de los institutos y en fin, de cualquier otra institución académica. Entonces, es hora de repensar en nuevos formatos para dar paso a una eficiente y vasta divulgación. Cualquier documento científico o formal, en general, sigue ciertas pautas básicas y estrictas basado en la formalidad y rigor, en consecuencia, también la redacción y su formato de presentación responde a dichos parámetros. Se trata entonces, de buscar un vehículo más amigable para utilizarlo como contenedor, y este contenedor que recoge el conocimiento, tiene que romper con los viejos esquemas, para o...
Siempre
me he interrogado sobre el por qué, para qué, o la función, por el cual los vendedores de autopartes especializados en
sistemas de escape, con mucha frecuencia veo que exhiben y venden, amén de todo el
equipo que concierne a estos, pero en especial me llama la atención de unos tubos
de acero muy pulido y brilloso muy cortos de escasos 10 a 15 centímetros de
largo y de diferentes diámetros, que está en y por todos sus escaparates.
Imaginaba
que este fragmento, al ser muy corto y brillante, estaría relacionado con algún
dispositivo importante y valioso del sistema de escape de un carro. Conjeturaba, quizás mejore la
aptitud y obre en la eficiencia de este, así que le hago saber mis cavilaciones
al vendedor.
Este, me mira algo sorprendido por la ingenua interrogante y, me dice, que sólo es la
parte que se acopla al sistema de salida y, que va en el extremo final visible. No tiene nada que ver con alguna cualidad de rendimiento o desempeño.
Es sólo estético, para que oculte el verdadero tubo del sistema de escape y se vea cool, todos lo tienen o lo quieren, me dice.
¡Si…
?!, le digo medio receloso o algo inseguro. Sí, hasta los carros COOL lo
tienen, venga y mire, dice. En efecto me muestra una imponente mole de esas que
llaman comúnmente, 4 x 4, o SUV, que están muy de moda y que la gente adora por
tener la suya, pero para mí, sólo es un feo cajón con ruedas, sin estética ni
gusto por la refinación, en fin.
Allí
está, a la vista, y en verdad se muestra brillosa. Mire debajo del carro, me dice.
Al hacerlo, en efecto veo que, sólo está abonada o soldada en la parte que da
vista al exterior del tubo de escape, y el resto es una continuación de un
humilde, obscuro, deslucido y viejo tubo de latita o fierro, sin brillo ni
resplandor.
Así que me monto a mi viejo carrito y sigo rodando, confirmando una vez más que, las cosas u objetos son una extensión de nosotros, de lo que somos, a la vez que voy evocando el bordón que me hubiese lanzado mi vieja si, hubiera accedido a comprar dicha piececita, por fuera flores y por debajo temblores.
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