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Nueva y única categoría del Nobel

Para los " influs"   Escribir este artículo ha sido uno de los más arduos que he tenido que hacer, y es que acaso no dispongo y carezco del talento o la "inteligencia artificial"  [ en su sentido semántico ]   que detentan y derrochan estos seres de otro mundo, como lo son los YOUTUBERS ,  INFLUENCERS ,  TIKTOKERS, STREAMERS ,    en fin y/o como sea que se le denomine o llame a esta nueva especie, que han surgido y que florecen en la WEB-IÑA universal. Ni siquiera soy honorable para escribir sobre y acerca “ D ”. Tampoco considero estar a su altura, como para que estas humildes letras ejerzan una especie de retribución por su innegable y real aporte a nuestra sociedad . Son ellos, los nuevos y modernos profetas de nuestro tiempo . De hecho, estas novísimas carreras, que son producto del ejercicio de estas nuevas realidades digitales emergentes, por lo que estos profesionales, [ porque en “ verdacito ” lo son ]  no han pasado ni tenido necesida...

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La sociedad del clic

Vivimos en una época de satisfacciones instantáneas, donde todo lo queremos ya mismo. Esto de las esperas o retrasos [en especial] las relacionadas a cuestiones digitales, la impaciencia es tal que está dando origen a lo que yo llamaría como, una “sociedad del clic”. Que busca formas de satisfacción inmediata, momentánea y efímera. Así, ni bien pinchamos cierto comando, esperamos que aquello se realice inmediatamente.

Cuando doy inicio a mi ordenador, detesto que éste, se tome su tiempo, primero, para que proceda a realizar el llamado a todos los algoritmos que permanecen alojados en él y, también a los que están fuera, y los inste a despertar. Segundo, para que todos ellos inicien su calistenia o calentamiento gimnástico previo, antes del llamado correspondiente a la acción.

Mi disgusto se acentúa y es crecidamente proporcional a la ralentización que cada programa toma al ejecutarse.

Todo ello, me llevó a indagar sobre cómo simplificar tal protocolo de inicio. En consecuencia, mi particular consejero digital* me sugirió, deshabilitar las aplicaciones de segundo plano, para poder trabajar "ya mismo" en aquello que necesito, mientras las otras, se van incorporando poco a poco.

Esto de la impaciencia y satisfacción instantánea, viene a ser como un mandamiento en la red. Además, todo en ella tiene que ser visual, y mientras menos texto exista para leer mejor, de hecho, algunos post, entre sus referencias resumidas, muestran el tiempo de lectura que tomará llevar a cabo dicha acción y, por supuesto, estas han de ser breves, tan breves que al explorar en este mundo digital, pues ya es como mucho o demasiado encontrar ciertos sitios, que llaman mi atención, “aprenderás esto o aquello en dos (2) minutos, ...en un (1) minuto” o algo así. La verdad mi impaciencia es tal pero no tanto como caer por estos mágicos lugares. Y como soy de la vieja escuela, omito visitar aquellos y, a mi impaciencia le digo que, la santa paciencia siempre ha sido y será una buena compañera.

Ya dentro de cualquier app de mi “compu” y, dispuesto a empezar mí labor, nuevamente me lleno de intolerancia, cuando de súbito, surge en la interfaz [invadiendo toda la ventana gráfica] una advertencia que indica algo así como: “quieres permitir que esta aplicación haga cambios en este dispositivo”. Por lo que, trato de amañar y retener un poco más de aguante, al recordar que esto de la impaciencia nunca ha traído nada bueno.

En consecuencia, elimino de mi mente la tentación de ir directo al “setting” y, proceder a su eliminación, pues, al fin y al cabo, sé que cualquier actualización de cualquier programa o app que lo requiera, al final, ejercerá que mi estadía por ellas, sea más cool y satisfactoria que la precedente. Y mi poca paciencia y mi infinita molestia, bueno, sólo es pasajera… 

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*consejero digital. Mi hermano filial y mentor en estas hierbitas binarias


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