Por fin, mis jaculatorias han sido oídas, Estaba segurísimo que ocurriría, pero no sabía cuándo. Aquel fin inexorable y tan postergado finalmente ha llegado. Burocracia pública y privada, ¡descansa en paz!
Y
Bienvenidos los trámites online
¡Y claro que todo esto ocurrirá… pero en un mundo ideal, más no en el mío!***
No soy, ni medianamente, o escasamente experto en cuestiones informáticas. Definitivamente, menos soy un Full Stack Developer, pero mis arañazos digitales me hacían sostener una tímida ilusión que las necesidades de cualquier persona, consumidor, cliente, en fin [sobre todo de este singular reino*] todas esas necesidades que son pródigas y de nunca acabar., albergaba la esperanza que con el arribo del conocimiento sobre: redes, servidores, APIs, data modeling, UI y UX., y que en la actualidad son el "pan del día" en todos los sistemas digitales, y dado que todas estas arquitecturas y ecosistemas que se crean y recrean están ideadas para cubrir las necesidades de las personas, facilitándoles la vida, simplificando y eliminando trabas, generando certidumbre confianza, en fin.
Por lo que me dije finalmente: “Bienvenidos los trámites online”. De ahora en adelante, todas mis solicitudes a través de este medio serían acogidas, rápidamente valoradas y, por supuesto, expresamente respondidas. Ya que al no pasar por el ojo crítico de cierto burócrata público o privado, el trámite estaría evaluado por un frío algoritmo que no emite juicios de valor, y por supuesto es incorruptible.
Me dije también, que esto de los algoritmos digitales serían la solución para eliminar todo ese enjambre burocrático que reina en las instituciones públicas y hasta privadas. Ya que en resumen, un sistema de algoritmos, o software digital, responde a ciertos pasos elementales que se aplican en cierta forma ordenada, en consecuencia, solo hay una especie de entrada o input, luego viene el procesamiento y, finalmente la salida o resultado.
En consecuencia, una diligencia online, virtual o lo que sea o como se llame, debería de ser 24/7/365, sin navidad, ni feriados, sin vacaciones o happy hour, sin break para el desayuno, o el lonchecito para "dejar de hacer lo que deben de hacer". Es más, me dije, que un software no tiene derecho a huelga, o al descanso médico, de hecho, estos algoritmos, no se quejan por no tener reposo religioso, solo están anidados en cualquier servidor y permanecen allí prestos para servirnos, bueno eso ilusamente pensé.
Pero cuando veo que desde el inicio, todas las instituciones publican en sus sitios web, que solo trabajan en horario de oficina y, que descansan sábados, domingos y feriados, que no laboran en ciertos días conmemorativos a ciertos santitos reales o imaginarios, domésticos o a otro más global, pienso que estos nobles algoritmos han sido contaminados, no por virus cibernéticos, sino por la especie "Burocraticus maximus" De esta manera, la plataforma web solo es una mera ventanilla virtual, solo es eso, una ventanilla de acopio documental. Y aquella plataforma virtual que imaginé, pues no tiene nada de digital, virtual, o algo parecido a los nobles y eficientes algoritmos. La han convertido en un peldaño burocrático más, de hecho, más ineficiente que la mesa de partes presencial, pues la documentación descargada vía virtual no irá a parar a un eficiente sistema de procesamiento, tratamiento y, respuesta digital, sino, a las manos de los mismísimos burócratas de siempre.
En consecuencia, si iniciaste un trámite por la red, mejor vuélvelo a re-presentar, de manera presencial, de lo contrario, la respuesta virtual que esperas, si la hay, te la retornarán vía acémila** o asnal**.
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* Reino. País.
** Acémila o asnal, método usado en estos tiempos digitales, por las diferentes instituciones públicas, para hacerte llegar la respuesta a una solicitud, gestionada por la red, online, virtual, o algo así.
*** Esto de usar "letra chiquita" nunca ha traído nada bueno.
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