Solución de un padre práctico: para entretener a los críos... y dejen de molestar
Llegan las vacaciones de verano y, como incumbe a un hogar medianamente civilizado, pues, hay que proceder a matricular a nuestros críos en las clases y actividades que estos demandan. En consecuencia, y también como debe ser y como corresponde a cualquier hogar moderno, se trata de mantenerlos ocupados para que nos dejen de fastidiar y molestar a cada rato en esta temporada donde no hay clases en el "cole".
Me viene a ahora a la
memoria, en antaño cuando era un crío, estas actividades de verano eran
desconocidas e irrelevantes, de hecho, hasta la temporada propia misma llamada “verano”,
estaba regido por una especie de tahúr climático, en consecuencia, sometido al
albur propio de la región donde me crié, pues, las lluvias y tempestades eran
típicas en esta particular estación.
Aprendí a nadar, de la única manera que se hacía en aquel tiempo, a la mala y, bajo las nobles reglas específicas y generales del empirismo. Nuestros entrenadores o maestros eran
los mismos amigos o congéneres que no eran tan negados para este particular
deporte como lo era uno. De esta manera, una alberca natural formada en algún
recodo de los ríos de aquel entonces [prístinos, copiosos, cristalinos y, aun
no profanados] que existía en nuestra región, eran los perfectos ambientes
naturales para desarrollar esta actividad.
Hasta practiqué un
poco de tenis, pero al igual que yo, mis
amigos tampoco disponían de raquetas y pelotas, más o menos dignas para ejercer
este deporte, por lo que, acudíamos donde un conocido, de un amigo, de otro amigo
regordete que tenía estos implementos y, de buena gracia nos permitía usarlos
siempre y cuando se le dejará que nos gane la partida en cada set del juego, por lo que estábamos obligados a hacer, caso contrario, recogía sus raquetas y nos dejaba con
los crespos hechos y, sin raquetas ni pelotas, claro las pelotas propias de
este deporte, sin ellas y sin el bastidor de nylon, era imposible seguir
ejecutando este jueguito.
Un deporte más accesible
tanto logísticamente como económicamente, era la “paleta frontón”. Pues las paletas
solo eran de maderita, y cualquier amplia y vasta pared o mural de cualquier
vecino servía como el sparring para dominar este deporte.
También practiqué esto
del tenis de mesa, para lo cual disponíamos de cierto buen retazo de madera y, en
su centro, a manera de una red o net divisoria, colocábamos otra maderita, en
fin.
Pero ahora todo es diferente y, todo cambia para bien o para mal, depende del lado cómo lo mires. El hecho
es que no hay manera de eludir esta obligación de matricular a tus retoños en
estas actividades estacionales, pero dado a que mi economía personal está en franco
déficit fiscal, en consecuencia, me propongo hacer uso de todos los entrenadores
digitales que nos brinda la web de forma casi gratuita, para cumplir con dicha
exigencia.
Y sí, hay unas apps
geniales muy de moda, y que al parecer lo saben y conocen todo. Y como esto del
tenis y la natación son actividades muy trivias y comunes, doy por descontado que,
para los algoritmos de estos modelos de IA, pues, será “pan comido”. Y es que, los
mentores, profesores, o entrenadores digitales, están muy de moda actualmente
y, supongo que la inteligencia artificial que nos proporcionan las diferentes plataformas con sus particulares modelos como Meta IA, Open IA, Grok, Deep Seek, entre otras, pienso que quizás, tal vez, y puedan remedar y hasta mejorar la realidad de
estos pingues deportes, con alguna otra realidad virtual, digital o algo así, Y lo que más
me emociona de todas estas plataformas virtuales, [y también como corresponde a
un “alfa man” responsable de sus finanzas] es que todas estas apps son
casi gratuitas.
Lo que me resulta fascinante por
donde lo mire, pues no hay desembolsos o rentas mensuales, ni mucho menos, otros
gastos casi obligatorios, como, las propinas al recogedor de bolas del tenis,
al cuidador de carros de la calle y, hasta no tengo que movilizarme un centímetro fuera de
casa. Sólo tengo que configurar dicha aplicación en cualquier ordenador o
dispositivo móvil y asunto arreglado. Confió en su genialidad y sapiencia, que
sin duda es muy, pero muy superior, a la mía y, doy por sentado que las
realidades simuladas generadas por estos algoritmos satisfarán generosamente a
mis vástagos para que practiquen su deporte favorito, De hecho, hasta podré celebrar que ellos no gastarán alguna gota de sudor o algo así, por lo que, todo ello se
reflejará en el ahorro del recibo de agua mensual de casa, y por supuesto, el
dios de la economía y la sostenibilidad hídrica, me lo agradecerá.
Pero mis hijas y mi
mujer secundándolas, o liderando dicha chilla, pues se niegan a usar estos
esquemas, que yo particularmente, considero geniales, brillantes, innovadores y
hasta sustentables, sí, muy sustentables al menos desde el punto de vista de
mis bolsillos, no obstante, al parecer mis consideraciones son desatendidas y no
tengo más remedio que buscar un sitio poco tecnológico real de carne y hueso, nada
más, en fin.
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