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Mostrando las entradas de mayo, 2022

Jaquearon mi internet

  Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e

Diablos y demonios climáticos

Y yo que quería comerme un chocolatito, tomarme un vasito con leche, o cuando al menos, disfrutar de una tacita con un humilde tecito, pero después de leer que todos estos productos, al menos unos más que otros, pero todos sin excepción, son eficaces bombas de agua y que consumen la poca agua dulce que disponemos para nuestro uso, en su elaboración y/o producción, me da cierto grado de remordimiento,  por lo que pienso que, ese formidable pan con palta ,que imaginaba deleitarme en mi lonche*** vespertino, o aquellas suculentas manzanas y plátanos que ya las tenía en la mira, hace un buen rato, tendrán que ingresar a una especie de, stand by permanente, pues al parecer se trata de algo así como: “ deleitarme con estas delicias ahora y morir de sed mañana ”. ¡Diablos y demonios climáticos!, al parecer, hay demasiadas huellas que dejo y no precisamente porque este con sobrepeso, sino que todo lo que, como, visto y hago, de alguna manera o de otra, altera y tiene un efecto nocivo en el

V.I.P - PREMIUM

Cada vez se diseña, dibuja, se teje u ofrece algún lugar, servicio u objeto para aquellos individuos que creen ser desiguales y cuyas demandas no pueden y no quieren ser suplidas por el mercado de las mayorías, sino aspiran a ser tratados y suministrados con lo más dispendioso y exclusivo que sus billeteras les pueda habilitar. ¡Diablos y demonios elitistas!, ya nadie quiere ser tratado tal cual, ya nadie quiere ser una persona normal, es muy malo ser un alma común y silvestre, es de desear y aspirar a ser tratado como un ser especial. Y esto de la segregación a resultado en un formidable negocio para quienes acuden a explotar y sobre explotar, dicho nicho del mercado y es que todos quieren ser tratados como Very Important Person (V.I.P) , y recibir ese tan ansiado servicio Premium , que sólo una elite reducida y clasista se merece. Hasta nuestros ordinarios y mortales desayunos exigen ser Premium , han ido cambiando, de amplias demandas del humilde pan popular de piso, cambia

Crisis existenciales

Al parecer, todo nuestro quehacer nos genera estrés y tiraniza nuestra actividad rutinaria, día con día la hace insoportable. Ambicionamos, anhelamos, queremos un cambio, algo más benéfico para ellas, y cuando hacemos el tránsito, de un lado al otro, al parecer en el camino, nos escoltan todas ellas con sus variantes. Circulando en la juventud, la crisis se la imputa precisamente a ella,  donde la rebeldía hace de las suyas. Es decir, estos arrebatos vivenciales están en relación al periodo de vida por el cual se está atravesando, a si tenemos entre otras cosas, la crisis de los 30’s, 40’s, de los 50’s. Al parecer, esto de las crisis existenciales , es de nunca acabar y llegaron para nunca irse, pues sea por lo que estemos pasando o haciendo, y en cualquier etapa de la existencia, siempre habrá una crisis que superar y sobrellevar, como sucesiones  permanentes e interminables. Antes de pandemia las exigencias, entre otras cosas citábamos, el demasiado tiempo que estábamos fuera de

ESTO DE ANDAR POR LOS CIENCUENTAS NO ESTA TAN MAL

  Esto de andar por los cincuentas tiene sus ventajas, cuando estoy en alguna cola* la señorita que guía la línea de cualquier redil** público o privado, me ofrece saltarme ésta y acceder a las ventanillas destinadas a las personas de mayor edad. ¡Diablos! tal vez no he advertido ni me he mirado al espejo recientemente, y de pronto, ya esté bien entrado en años y mi aspecto sea el de un viejito. Y cuándo ocurrió aquello, pues hasta antes de la pandemia , todos, grandes y chicos, en cualquier cola, en el bus de transporte público, amén de otros contextos y sitios, me ignoraban. Ahora de súbito, y usando barbijo, y hasta antifaz trasparente, mi aspecto se ha transformado, al parecer me veo como Matusalén. a cuya abstracción sin duda contribuye mis ralos pelos canos que aún me quedan en los costados de mi testa. Pero prefiero a esta presunción o conjetura, a soplarme*** una infinita y larga cola, -de y para- acceder a cualquier tipo de servicio. Y hasta voy más allá, pues aplico algunas