Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e
Desde que tengo uso de razón económica , es decir, desde que me gano los frejoles con el sudor de mi frente, esto de l a inflación y deflación ha pasado de ser un tema irrelevante a formar parte del syllabus obligatorio de toda persona adulta más o menos responsable con sus finanzas tiene que seguir. Cuando eras un crio y aún usufructuabas del hogar materno , esto de las inflexiones, contracciones y otros conceptos económicos eran completamente irrelevantes y estaban fuera de tu radar. No había manera que ello te quite el sueño, ni nada que desaliente tu voraz apetito . Resulta que lo único estable y permanente en nuestra sociedad es el tambaleo y la frecuente inestabilidad de la hacienda pública . Por lo que siempre presto atención a todos y cada uno de los sabios consejos, que los gurús económicos me reclaman en disminuir los gastos en, ese formidable tinto Tokajy *, cuyas antiquísimas parras tal vez estuvieron en alguna mesa de nuestro redentor, y ahora ya no estarán más en