Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e
Realmente es poco el tiempo que llevan viviendo entre nosotros y sin embargo, ya hemos aprendido hasta de su cocina, resulta fascinante y curioso. Han visto nuestros tequeños son microscópicos comparados con los suyos, es más hay que pedir ayuda extra para devorarlos. Si se te antoja uno de ellos, y vas con alguien más, diablos la otra persona tiene que cargarlo al hombro mientras tú por el otro extremo vas acometiendo con furia. Al comprar nuestros tamales domingueros, que parecen ser una masa más o menos de color que no identifico su tonalidad, ladrillada, naranja, amarilla, bueno no sé., viene envuelta en mil hojas de plátano y la única que parece limpia es la más interior, pues las otras como las recogieron de la chacra las pusieron. No se tomaron la molestia de asearlas un poco. Y a gritar más emocionado que el mismísimo Arquímedes la genial interjección EUREKA si es que contraste un pedacito de pollo, u otro más microscópico pedacito de cebo si lo pediste de puerco. Sin e