Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e
Era el enunciado enmarcado en forma de letrerito que uno veía por todo lado y a lo largo y ancho de la ciudad. Ya parecía más un eslogan de uso común y obligatorio que toda empresa grande o chiquita, exponía y revelaba en cualquier gacetilla de empleos, o hasta en las fachadas de sus locales a manera de anuncio o requerimiento. Y esto de la “ buena presencia ” era el único elemento a franquear por cualquier señorita veinteañera que deseaba alcanzar un puestito o trabajito en cualquier emprendimiento, sobre todo en el área de servicios. Sí, y lo que estaba implícitamente escrito en este quinteto de palabras, se debía de leer como un “ estego ”, cuya real traducción era: " se necesita una joven agraciada, no más de veinte y pocos años, pues una de treinta, es un vejestorio para estos empleos ". Y lo más importante, " estar dotada de generosas y exuberantes curvas, para este caso cuanto más, mucho mejor ". Aquello de la preparación técnica, o académica de la s