... Ante la evidente imposibilidad de lograr que cualquier texto sobre ciencias duras o blandas y, otras materias relacionadas con la academia formal, llegue a la mayoría de la gente, para que de algún modo todo este conocimiento generado no se pierda en el olvido y cumplan con algún otro objetivo, aparte del muy noble que se los concibió, como apolillarse en los anaqueles de las bibliotecas de las universidades, de los institutos y en fin, de cualquier otra institución académica. Entonces, es hora de repensar en nuevos formatos para dar paso a una eficiente y vasta divulgación. Cualquier documento científico o formal, en general, sigue ciertas pautas básicas y estrictas basado en la formalidad y rigor, en consecuencia, también la redacción y su formato de presentación responde a dichos parámetros. Se trata entonces, de buscar un vehículo más amigable para utilizarlo como contenedor, y este contenedor que recoge el conocimiento, tiene que romper con los viejos esquemas, para o...
Es todo lo contrario, es tan real que forma parte de una de las piezas clásicas de la literatura antigua, y que tuvo gran influencia en la vieja Europa. Es Marco Tulio Cicerón 106-43 AC., autor de cuyos tratos de filosofía, hoy, se extraen los textos muy populares en el mundo del diseño de la web de nuestros actuales días. Creo que, si este noble romano existiera se volvería a decapitar, pero ahora por propia mano, al saber que el mundo digital de la web usa y rehúsa sus textos sin mencionar su autoría, felizmente a la fecha no le sobrevive cierto familiar o alguna cofradía que exija derechos de autor, por lo que, seguiremos usando sus textos sin pudor. En consecuencia, aquí en este inocuo espacio , reivindicamos su autoría, y reconocemos la enorme influencia actual de aquellos textos, en el desarrollo de nuestros layout digitales* de manera que, “heme aquí” un breve fragmento tomado de la misma web que le mezquina su copyright . No hay nadie que ame el dolor...