Quedarse sin red es lo peor que podría pasar en casa, todos salen despavoridos de sus rincones a ver qué es lo que ha pasado. Y es que la señal de la red en casa, últimamente se está volviendo más y más inestable. De manera que, mi mujer encargada de todos los procedimientos legales de filiación con la empresa proveedora del servicio, en consecuencia, es la delegada de activar y gestionar los protocolos de emergencia burocráticos, que haga posible de manera inmediata y efectiva que nuestra red vuelva a la vida, y que nuestras vidas no sucumban ante el caos. Recuerdo, hace algunos lustros atrás, cuando la red estaba en sus inicios, los sistemas de seguridad eran prácticamente inexistentes por lo que durante mucho tiempo accedimos en casa, a la red de una empresa vecina colindante, de manera que, usufructuábamos de este servicio gratis en toda la casa, sin pagar un chelín. Pero los años pasan y todo cambia, ahora hay ciertos códigos o claves encriptadas que hacen que tu red sea e
Hace cierto tiempo, ya no recuerdo cuando fue aquello, solía tener un emprendimiento ubicado muy cercano a un instituto de estudios de marketing o algo así. El hecho es que mi local estaba desbordado de avisos, anuncios proclamas y otras referencias creadas en verso o prosa literaria de acuerdo al producto o servicio, en fin, cualquier cosa que me apetecía comunicar y promocionar. Todas ellas eran creadas y mostradas en pizarrones con tizas, y en ambos casos de diferentes tamaños y colores, y con estos sencillos artículos ejercía mi completa libertad para crear y plasmar recursos de mercadeo, pero usando diferentes atributos retóricos . De hecho, era una especie de lugar donde no sólo se alimentaba el cuerpo si no también el espíritu . Al parecer todo esto llamaba la atención de los parroquianos y transeúntes que circulaban por allí. De manera que, los chicos estudiantes del instituto en mención, se habían convertido en caseritos* asiduos del lugar, y bueno de cuando en cuando,