… Para Mis Mascotas Cuando era chiquito , crío, párvulo, infante o como quieras llamarlo quería ser un super héroe tan igual como aquellos de las tiras comics de las revistas que acostumbraba leer, deseaba tener super poderes, volar, luchar por la justicia y salir siempre vencedor de aquellas lides donde los malos pretendían salirse con la suya, en fin. Y también creo que, eran la aspiraciones de todos aquellos chiquillos de aquel tiempo. Eran deseos nobles, como la nobleza de los héroes protagonista que leíamos en las historietas, que mantenían a sus ciudades utópicas libres del crimen. La "tv" era algo secundario e intrascendente mientras corría nuestra niñez, más bien las correrías en los parques, en las calles y campos era nuestra exigencia, diversión y entretenimiento prioritario. Ahora, me llama la atención las declaraciones honestas de cierto niño, interrogado acerca de su héroe favorito y/o aspiraciones. Y reconoce que su máxima aspiración es llegar a conoc
El otro día permanecí un buen rato reflexionando sobre un tema trascendental, super importante y es que, en particular cuando arribo a casa, de hecho, cuando lo hace cualquier miembro de nuestro núcleo familiar, tenemos un procedimiento en extremo peculiar de llamar a la puerta. Mantenemos ya una clásica y original forma de tocar el timbre de ésta. Para nuestra comunidad familiar nuclear, es tácito lo que expresa cada uno de ellos. Sí, cada uno y todos los timbrados, de hecho, esta explícitamente deducidos e interpretados por la ley de la esteganografía acústica, que sabiamente hemos perfeccionado con el tiempo, y su elaboración, manipulación e interpretación, es nuestra patente de corso familiar . La continua presión que ejerce las yemas de los dedos índice y/o anular cuando se posan en el botón o pulsador del timbre, es como un mini ritual y cuyos pormenores o mayores, sólo los miembros familiares reconocen y saben lo que significa cada una y todas las campanadas a la vez. El c